Comercio La comunidad aporta casi el 20% de la facturación nacional

Doce millones de 'ikeamaniacos'

  • El grupo sueco convierte Andalucía en mercado estratégico tras el éxito de sus primeros cuatro años de implantación · Sevilla atrae a portugueses y el 25% de los visitantes malagueños son residentes extranjeros

Difícilmente podía aventurar Ingvar Kamprad, allá por el lejano 1943, que el acrónimo resultante de adosar las iniciales de su nombre y de su apellido a las de la granja en la que se crió (Elmtaryd) y a la de su aldea (Agunnaryd) iba a acabar etiquetando uno de los mayores fenómenos empresariales de las últimas décadas. La minúscula empresa fundada para suministrar por correo artículos de bajo coste luce ahora el rótulo Ikea en 44 países. De los bosques nórdicos a la globalización del mueble.

Cuando el gigante sueco abrió en enero de 2004 en Castilleja de la Cuesta (Sevilla) su primer centro andaluz, fue necesario improvisar un plan de tráfico alternativo en los accesos al municipio para evitar un colapso. El 30 de octubre pasado se repitió la estampa en Málaga, con clientes guardando rigurosa cola de madrugada el día de la inauguración. La doble apuesta le ha dado la razón: por los pasillos de sus instalaciones en Sevilla han circulado desde su estreno 11,3 millones de visitantes, a razón de 2,8 millones por año. Málaga incluso ha superado el millón en apenas cinco meses.

"Andalucía es y va a seguir siendo uno de nuestros mercados estratégicos", subraya Rodrigo Sánchez, responsable de Expansión de Ikea Ibérica. Y lo argumenta con datos: aunque el grupo no detalla partidas por comunidades autónomas, sus cálculos apuntan que la región aporta casi el 20% de la facturación nacional de la compañía. Con más de 53.000 metros cuadrados de superficie (25.792 m2 en Sevilla y 28.000 en Málaga) y 1.070 empleados (sumados los 510 de Castilleja a los 560 de la capital de la Costa del Sol), el grupo sueco tiene trazados objetivos aún más ambiciosos para su expansión en el sur. Entre finales de 2009 y la primera mitad de 2010 se sumarán a la cadena las tiendas de Jerez y de Puliana (Granada). La inversión, 60 millones de euros destinados a cada inauguración, convertirá a Andalucía en la región con mayor presencia del grupo.

Aunque parece no haber freno para la expansión del fenómeno Ikea, la multinacional analizará "cómo queda el mercado con los cuatro centros andaluces" antes de embarcarse en nuevos proyectos. Las expectativas de crecimiento las apuntalan las estadísticas, que revelan un efecto tirón proyectado sobre clientes de las provincias más cercanas, con especial incidencia durante los fines de semana. El 73% de los clientes de la tienda de Castilleja acreditan su residencia habitual en Sevilla, pero los datos de los códigos postales constatan que el 10% de quienes pasean por sus pasillos se desplazan desde Cádiz y otro 8% desde Huelva, fenómeno que se extienda a Extremadura (5%), Córdoba (5%) e incluso Portugal (2%). La experiencia se repite en Málaga -con un 84% de visitantes autóctonos, pero también un 7% de granadinos, un 3% de gaditanos y un 2% de cordobeses-, aunque con una peculiar vertiente internacional: uno de cada cuatro clientes que pasan por caja son extranjeros asentados en la Costa del Sol. Efecto directo: la plantilla la componen empleados de 19 nacionalidades distintas.

Las tarjetas de fidelización también calibran éxitos y fracasos. En el caso del grupo sueco, la Ikea Family es, según Rodrigo Sánchez, "un éxito rotundo en Andalucía", con 50.000 socios en Sevilla desde su lanzamiento, en agosto de 2007, y 75.000 en Málaga (un dato significativo, al lograr más aceptación pese a haberse implantado tras la inauguración, dos meses después). No es un producto financiero -no es un medio de pago-, sino que aporta valor añadido al producto Ikea: desde el envío por correo de una revista cuatrimestral hasta descuentos o la asistencia a seminarios de decoración.

El futuro pasa por Jerez y Puliana, dos proyectos con licencias aprobadas, pero también por la primera transformación de la tienda de Sevilla, una "remodelación integral" que afectará a la entrada y a las zonas de exposición. En total, el grupo sueco ha destinado 5 millones de euros a una actuación que se prolongará durante 12 semanas, hasta principios de julio, con la dificultad adicional de acometerse en plena actividad, sin cerrar salas ni acotar espacios.

¿El secreto del éxito en Andalucía? Rodrigo Sánchez recita la misma fórmula que ha transformado la idea inicial de Kamprad en el gigante de letras amarillas. "Defendemos la democratización de la decoración", asegura. Y eso, traducido al bolsillo del consumidor, consiste en que alguien persiga una mesa Leksvik, una mesa Bjursta o una cama Heimdal porque alberga el trinomio "precio competitivo, producto de diseño y calidad".

La gran amenaza, la temida desaceleración del consumo, tampoco parece apretar demasiado. "Somos un formato que se fortalece en épocas difíciles. Confiamos mucho en nuestras posibilidades de crecimiento, incluida Andalucía", subraya Sánchez.

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