Tribuna Económica

gumersindo ruiz

Fabuloso Ibn Jaldún

Al sociólogo, economista, historiador, filósofo, teólogo y jurista del siglo catorce Ibn Jaldún, lo conocemos por los trabajos del profesor Antonio García Lizana. Pero cuando vi que Robert Irwin sacaba una biografía intelectual de nuestro personaje, no pude resistir leerla. El librito, de poco más de 200 páginas, es una obra maestra que va más allá de las descripciones e interpretaciones de Ibn Jaldún y su famosísimo texto La Muqaddima, y nos pone frente a nuestra naturaleza humana y la construcción de la sociedad, con sus progresos inauditos y profundas miserias.

Robert Irwin nos guía a través del tiempo y el espacio de Ibn Jaldún, que vive entre Granada y el norte de África, y ve en las ruinas magníficas, desde El Jem a Leptis Magna, el esplendor de una civilización desaparecida, y otras glorias que se fueron, como Córdoba, devastada por los bereberes. Y vivía y sufría la implacable lucha de tronos en el norte de África, algo que supera la imaginación de cualquier guionista actual de la serie. Su conocimiento profundo de la sociología y la historia, y una forma propia, sistemática, de analizarlas, le enfrenta al sinsentido de la historia, el paso de la grandeza a la desolación inevitable, y recurre a Dios para interpretarla. Los escritos prácticos de Ibn Jaldún se entienden sólo uniendo su pensamiento científico a la justicia y comportamientos que surgen de su fe musulmana, sufí, mística y la aplicación estricta de esos principios a la vida cotidiana.

Mark Zuckerberg, citaba hace tres años La Muqaddima como el mejor libro de los que había leído aquel año, no por su visión, pues todo lo que se creía entonces ha quedado contradicho tras 700 años, sino por cómo alguien podía, con tan pocos medios, interpretar tan bien el mundo en que vivía -El índice en el mármol de una mente/ viajando a través de mares extraños de pensamiento/solo, en los versos de Wordsworth-. Tres años después, el fundador de Facebook debe tener también una visión distinta de cómo se interpretaba su creación de una red amiga de comunicación y participación social, y cómo ha sido sobrepasada por intereses mezquinos de explotación de datos personales.

Ibn Jaldún se ganaba la vida como escritor, en la enseñanza, y con cargos políticos, recaudando impuestos, y en misiones como embajador. Su idea más importante viene de la observación de la organización social de los nómadas, a partir de la cual desarrolla la idea de la economía y la vida cooperativa, pues nadie es nada solo, y si quedara excluido del clan no podría sobrevivir en el medio hostil del desierto. Y nos dice que el trabajo en común da un excedente después de cubrir las necesidades básicas, que debería invertirse, pues él era enemigo del lujo y la extravagancia. Cuando llega al final de su carrera, y pone fin a sus trabajos, une en unas frases su esfuerzo en el estudio con su fe, y dice: "Quizás algún otro estudioso, ayudado por la gracia divina de una mente clara, y una formación sólida, penetrará en estos problema con mayor detalle que yo, porque Dios sabe y tú no sabes". Dejo a cada cual las interpretaciones de este esfuerzo intelectual y esta fe de propósito, en relación con lo que vemos actualmente en nuestro entorno.

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