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¿Turbulencias pasajeras?

  • Las últimas incertidumbres bursátiles en las bolsas obedecen al empeoramiento de la coyuntura en EEUU, un escenario que se teme que derive en recesión

Las bolsas han sucumbido en las últimas jornadas a importantes retrocesos, que en el caso del mercado español, han supuesto la pérdida de todo lo ganado en 2007. Estos descensos obedecen a a la combinación de factores que, aunque esperados, no dejan de ser dañinos para el parqué. Por una parte, hay datos macroeconómicos que reflejan una desaceleración acusada en EEUU, con origen en el cuarto trimestre de 2007 y que cobrará mayor intensidad en la primera mitad de 2008. Por otro lado, los resultados del sector financiero ponen de manifiesto que el riesgo sigue presente en el sector.

En el terreno macro, los datos de empleo correspondientes a diciembre y el descenso del principal índice de confianza empresarial (ISM de manufacturas) a niveles de contracción, ambos en EEUU, añaden calor al debate sobre una posible recesión en este país a lo largo del presente año. En la vertiente micro, desde comienzos de 2008 los rumores acerca de pérdidas potenciales en la banca de inversión han sido constantes.

Lo que ha sucedido en las bolsas esta semana no ha sido muy sorprendente, pero sí han sido relevantes los factores que han provocado los números rojos. Por ejemplo, las ventas minoristas en EEUU cayeron un 0,4 por ciento en diciembre, mes en el que suelen aumentar por la campaña navideña -el consenso de los expertos esperaba un comportamiento plano-, y su avance para el conjunto de 2007 fue del 4,2 por cientro, el nivel más bajo desde 2002.

Otro factor negativo han sido los resultados decepcionantes de la banca de inversión estadounidense. Citigroup ha anunciado un retroceso del 83 por ciento en su su beneficio anual, hasta los 3.617 millones de dólares, tras perder 9.830 millones y con una bajada del dividendo trimestral del 41 por ciento. Las cuentas de JP Morgan, aunque comparativamente mejores, tampoco han podido esquivar los efectos de la crisis hipotecaria. Los resultados del banco han descendido un 33 por ciento, por lo que ha tenido que provisionar 1.300 millones de dólares. En cuanto a Merryl Lynch, ha declarado unas pérdidas de 7.777 millones de dólares.

En cualquier caso, y pese a las pérdidas de las bolsas, el inversor no debería dejarse llevar por el ruido de las turbulencias. El escenario no es el mismo que cuando se produjo la burbuja tecnológica, dado que las valoraciones no son excesivas, y este problema se limita a la incertidumbre en la esfera macro por las consecuencias de la crisis subprime en un entorno inflacionista, es decir, contrario a políticas de relajación monetaria.

Incluso si se producen revisiones a la baja en los beneficios empresariales, por otra parte lógicas, tampoco serían excesivas. Por ello, mientras las empresas no den unos resultados muy negativos y continúen ofreciendo dividendos, hay que mantener la calma, aunque sin abandonar una aproximación muy prudente, eligiendo aquellas compañías con expectativas de crecimiento y sólidos fundamentales.

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