Tareas pendientes para salir de la crisis Conferencia de Jordi Sevilla en el Foro Antares

"Las entidades deben dar créditos, no discutir dónde está la sede"

  • El ex ministro Jordi Sevilla insta a acelerar la reconversión financiera española y alerta del posible desembarco en el país de la banca extranjera, "que ha hecho sus deberes"

Con un recetario de soluciones bajo el brazo. Así irrumpió ayer Jordi Sevilla en la ciudad que lleva su nombre. Y con un talante muy crítico. El que fuera ministro de Administraciones Públicas del Gobierno de Zapatero -ahora consultor de Price Water House Cooper- ha desarrollado un fuerte espíritu analítico tras su salida del Ejecutivo y ayer hizo gala del mismo en su intervención en el Club Antares de la capital hispalense.

Ante un nutrido grupo de empresarios, financieros, políticos y agentes sociales impartió una conferencia bajo el título de Tareas pendientes de la Economía Española. El conferenciante fue presentado por Francisco Rodríguez Guanter, socio director de Price Waterhouse Cooper en Andalucía.

Las primeras palabras de Sevilla fueron directas: el país tardará en recuperarse de la crisis. "Entramos en ella como la octava potencia del mundo, pero cuando salgamos nuestra posición ya no será la misma", aseguró. "Una vez pasado lo peor, nos queda lo malo", sentenció.

A su juicio, España ha vivido una década dorada de crecimientos ininterrumpidos, pero apoyada en las palancas equivocadas: el consumo -sustentado en el crédito- y la construcción. Con respecto al primero indicó que "vivir del crédito no tiene por qué ser malo, a no ser que se te vaya la mano; en España las burbujas no se deshinchan, se pinchan; no sabemos hacer aterrizajes suaves".

En cuanto al segundo, señaló que, si bien hay que promover un cambio de modelo productivo, no es partidario de "demonizar" al sector inmobiliario. "Hay quien piensa que necesitamos menos ladrillos y más ordenadores, yo pienso que nos hacen falta más ladrillos con ordenador", apuntó. También lanzó una seria advertencia: "Nuestro país no ha deglutido la bola inmobiliaria con la suficiente prontitud como sí lo han hecho otros países de nuestro entorno.

En este sentido, alertó de que, como la banca española no palíe pronto esta sobreexposición a este sector y no se acelere la reestructuración del sistema financiero, las entidades foráneas pueden comer el terreno a las nacionales. "Si la banca internacional se sanea podemos volver a vivir una situación de desembarco en nuestro país", vaticinó.

De ahí que Sevilla instara al sector a imprimir pulso a su reconversión. "La que se tenga que hacer, que se haga cuanto antes", demandó. E insistió en que, en un contexto en el que la banca internacional "ya ha acometido este saneamiento", urge hacer lo mismo desde las filas españolas. Y soltó un perla para la reflexión del concurrido auditorio: "Lo que han de hacer las entidades es dar créditos, no discutir sobre si la sede ha de estar aquí o allá". Con ello, Sevilla aludió de forma velada a las dificultades n determinados procesos de fusión por las luchas de las entidades por tener el mayor control posible de la resultante.

El ex ministro apuntó a otras tareas que tiene pendientes la economía española. Quizá la más controvertida sea la reforma laboral. "Es necesaria, pero no empieza ni termina con el abaratamiento del despido", afirmó. Una reforma que, aunque reconoció está bien que se negocie con los agentes sociales, dijo, debe acometerse o sí o sí. "Si no hay acuerdo, el Gobierno tendrá que ejercer sus responsabilidades", sentenció. Retocar el contrato temporal, coger como único contrato indefinido el del 97 o reformar la negociación colectiva son algunas de las vías que propuso.

Sevilla también urgió a cerrar la renegociación del Pacto de Toledo sobre el futuro de las pensiones, a hacer una reforma en sanidad y otra en las administraciones públicas para conseguir más eficiencia. Asimismo, instó a no correr a la hora de retirar las ayudas públicas porque la recuperación no está consolidada y aún pesan sobre la economía demasiados riesgos. Por último, indicó que el nuevo modelo productivo que impere en España debe primar la calidad y el valor añadido en lugar de la cantidad y el precio.

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