Esteban Cosano Montero, escritor, médico y pintor

"Van Gogh hubiera llegado a ser Nobel de Literatura"

"Van Gogh hubiera llegado a ser Nobel de Literatura"

"Van Gogh hubiera llegado a ser Nobel de Literatura"

-¿Vincent es fruto de muchos años de pasión?

-Sí. Es algo que viene de muchísimos años. Siempre se me ha dado bien dibujar, pero el peso de la tradición hizo que me inclinara por la Medicina. Durante toda la carrera, y después, seguí pintando y dibujando, y uno de los primeros modelos que me impresionó más fue Vincent van Gogh. Mi mujer y yo hemos seguido desde entonces enganchados al personaje.

El pintor se suicida; tiene un montón de patologías y en una de esas crisis se pega un tiro"

-De hecho, han seguido todo su transcurso vital.

-Su recorrido es bastante corto: Holanda, Bélgica y Francia. Se murió el hombre con 37 años y no pudo expandirse más, como otros autores franceses, que bajaron a España y África. Hemos ido a muchos sitios de obligado encuentro para investigar y poco a poco fui escribiendo, hasta que me encontré con suficiente material para hacer este libro, fruto de vivencias y estudios realizados en el sitio. El libro tiene una técnica de flash back, empieza por el disparo y va hacia atrás. Pero me faltaba algo que uniera todo lo que tenía hecho y el personaje de la última modelo y sus memorias me sirvieron para enganchar los capítulos.

-Usted hace de observador.

-Desde que se pega el tiro hasta que muere pasan unas 36 horas, y por el altillo de la fonda en la que estaba en Auvers-sur-Oise pasan todo tipo de personajes; su hermano Theo, el posadero y el doctor Gachet, cuyo retrato se vendió después por una burrada de millones. Lo que hago son una serie de ejercicios empáticos y escribo de lo que pudieron dialogar.

-Además de este viaje por parte de Europa, ¿ha recorrido la obra del pintor por el mundo?

-Sí, he hecho un recorrido, no sólo por sus cuadros en los museos, sino que he tenido la suerte de encontrar una página web que se llama vangoghgallery, en la que están todas las obras y la correspondencia del pintor a su hermano Theo. De ahí he podido tirar mucho.

-¿Este libro es un homenaje a Van Gogh?

-No, lo que pasa que nosotros siempre hemos debatido sobre su vida. Y como es un personaje tan poliédrico y estudiado, pues cuando empiezas una investigación no sabes muy bien por dónde ir. En Jerez tenemos la suerte de estar hermanados con Arlés por la asociación Albatros, a la que pertenezco. Allí hemos estado muchas veces, y es donde creo que pinta mejor, junto al pueblo donde muere. Los franceses le sacan mucho jugo a los pintores locales y si hizo un cuadro en un sitio, pues allí mismo está el cuadro y sabes que estás en el sitio donde lo pintó. Nuestros amigos de Arlés nos han movido mucho y me he figurado cómo fue su vida.

-¿Estaba loco?

-No. Era raro. En Arlés no lo podía ver nadie, se diría que era un tocapelotas. Sólo hizo un amigo de verdad que fue el cartero, por la cuenta que le traía, ya que era quien le entregaba los 50 francos que le enviaba su hermano cada diez días. Pero en Arlés ahora mismo casi todo el mundo le rinde culto.

-¿Qué incógnitas sobre el autor ha desvelado?

-Me he escrito mucho con uno de los traductores de esa página web, José Navarro, que vive en Utrera, y él ha acogido muy bien este libro. También es un estudioso de él y se mete en muchas profundidades. Sobre el corte de la oreja hay quien dice que se la cortó Gauguin, pero se ha quedado en nada. Hay una enfermedad rara, la porfiria aguda intermitente, que tenía el rey Jorge, un disturbio genético que sólo se pone de manifiesto si estás mal nutrido o si tienes sífilis, algo, esto último, que padecen de forma paralela Van Gogh y su hermano, que murió seis meses después que el pintor.

-¿Suicidio o asesinato?

-En mi opinión, se suicida. Tiene un montón de patologías que coinciden, y en una de esas crisis psicóticas se pega un tiro. Pero otros autores no lo creen. Por ejemplo, en Van Gogh: The Life, Steven Naifeh y Gregory White Smith apuestan por que no. Que probablemente fue una broma pesada o un disparo accidental de un seguidor de Buffalo Bill, por el que había furor entonces. Pero no hubo autopsia. Y creo que se suicidó porque Van Gogh también era alcohólico, sobre todo bebedor de absenta. Las crisis alucinatorias de Van Gogh y las psicóticas estaban muy mediatizadas por la cantidad de alcohol.

-¿Qué queda por conocer de Van Gogh?

-Da para muchísimo por desgracia, porque, aunque está muy estudiado y se abrió mucho a la gente con sus cartas, no se sabe que fue tan impresionante pintando como escribiendo. Dicen que si hubiera vivido mucho hubiera sido Nobel de Literatura.

-¿Por qué no vendía?

-Sólo vendió La viña roja por 400 francos, pero es que no le hacía falta vender. Theo era un importante marchante que guardó la obra de su hermano porque sabía de su valor, de ahí los 50 francos que le mandaba.

-¿Qué le preguntaría si lo tuviera delante?

-¿Realmente te mataste? Y si fue así, ¿por qué?

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