Eduardo Villalobo Polo. Microbiólogo

"Nos debe preocupar más el cólera que un rebrote de la peste"

"Nos debe preocupar más el cólera que un rebrote de la peste"

"Nos debe preocupar más el cólera que un rebrote de la peste"

-Los microorganismos son seres vivos invisibles a simple vista. ¿Son por eso tan temidos?

-Cuando se va de excursión, las plantas, los animales y los hongos, sobre todo ahora, son fáciles de ver. Los microorganismos pasan desapercibidos. A menos que llueva: el olor a tierra mojada se debe a una sustancia que produce el Streptomyces, un género de bacteria no patógena.

-Quizá eso no se sepa.

-Pero si dijéramos que ciertas especies de ese género causan dolencias, muchos sabrían el nombre de la bacteria y la enfermedad.

-¿Como sería nuestra vida cotidiana sin microorganismos?

-Pondré un ejemplo reciente: estuve con un tío mío en un bar en Triana. Pidió una cerveza; yo, vino de Villanueva del Ariscal. Pusieron aceitunas del Aljarafe. El pan era de Alcalá con queso de Grazalema. Luego pedí unos chipirones de Huelva que llevaban ensalada de guarnición.

Las bacterias habitan la Tierra desde su origen y la conocen bien; es muy probable que nos sobrevivan"

-¿Los bares serían diferentes entonces?

-La cerveza, el vino y el pan son productos fermentados con levadura, un tipo de microorganismo. En el queso y en las aceitunas en salmuera ocurre una famosa fermentación hecha por bacterias lácticas. Y el aderezo del chipirón y la lechuga tenía vinagre de Jerez, que se produce por la acción de unas bacterias sobre el vino.

-Están en todos sitios.

-Las bacterias están en la Tierra casi desde su origen, hace unos 3.500 millones de años. Han sufrido sus fuerzas turbulentas, la conocen bien y se han adaptado a todos sus rincones. En el Río Tinto, que es muy ácido, no hay peces y apenas crecen plantas en sus bordes. Pues allí viven microorganismos, algunos muy útiles, como un tipo de bacteria minera.

-De seres inferiores parecen tener poco...

-Ésas sobreviven con algo de dióxido de carbono de la atmósfera y algo de azufre del río. Yo, por ejemplo, si no tomo vitaminas con la dieta puedo tener serios problemas. Y, hablando de vitaminas, gracias a las bacterias del intestino tenemos un aporte casi suficiente de vitamina K.

-¿Cuántos microorganismos viven en nuestro cuerpo?

-Muchos. Y menos mal. En una persona de 70 kilos, 200 gramos pueden ser microorganismos. Lo que pesa una manzana.

-¿En qué proporción son beneficiosos y perjudiciales?

-En una persona sana, las beneficiosas son más. En las enfermas, las perjudiciales han crecido más de lo que debieran por alguna razón. Una de las funciones de las bacterias beneficiosas es mantener a raya a las perjudiciales.

-¿Podrían reaparecer bacterias tan mortíferas como la peste?

-Un posible escenario como ése no debería preocuparnos y sí lo que pasa ahora en otras partes del mundo. El cólera es una patología causada por una bacteria que provoca cuatro millones de casos anuales y mata a 140.000 personas. Este problema se podría resolver sencillamente proporcionando acceso universal al agua potable.

-Tengo un amigo que prefiere no ir a los hospitales por miedo a contagiarse con superbacterias. ¿Es un exagerado?

-Si es una persona sana, no debe de tener problemas. Es verdad que hay bacterias multirresistentes a antibióticos, pero se trabaja para que no sean un problema. Las infecciones nosocomiales o intrahospitalarias causan problemas sobre todo a personas que no están sanas, pero es raro. Otra cosa es contagiarse en un quirófano. Puede ser muy peligroso; más si la infección es por una bacteria multirresistente.

-¿Seguirán estando, en general, mucho tiempo más en la Tierra?

-Más que los humanos, que llevamos unos miles de años en el planeta y, aunque hemos sido capaces de ir a la Luna, somos incapaces de conservarlo. Lo más probable es que las bacterias nos sobrevivan.

-Usted, que trabaja con ella, ¿por qué despierta recelo la ingeniería genética?

-Se debe a ciertas prácticas derivadas, como la creación de organismos modificados genéticamente, sobre todo si son humanos, que es totalmente posible. En este sentido, hay consideraciones éticas que han de ser tenidas en cuenta en cada sociedad en particular. El mundo seguiría girando sin ingeniería genética, pero con ella girará más rápido, más sostenible y más igualitario.

-¿Qué le diría a la gente que cree nocivo comer maíz transgénico?

-Que no lo coma, pero no porque el maíz transgénico vaya a provocarle una enfermedad. Creo que las plantas transgénicas mejoran y perpetúan las prácticas de la agricultura extensiva, innecesaria y peligrosa para el planeta.

-Ha trabajado en Israel. ¿Qué aprendió?

-Entre otras muchas cosas, pude comprobar que invertir en investigación y desarrollo, como hacen tan decididamente allí, repercute directamente en el bienestar de los ciudadanos. Espero que los políticos en España se den cuenta.

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