España

Zapatero, investido presidente en segunda vuelta con los votos socialistas

  • El presidente del Gobierno se compromete a actuar "con urgencia" frente a la crisis tras una votación en la que sólo le apoyaron los diputados de su propio partido.

No hubo sorpresas ni cambios de última hora. José Luis Rodríguez Zapatero fue investido presidente del Gobierno para los próximos cuatro años únicamente con el apoyo del PSOE, con la oposición de PP, ERC y UPyD y la abstención de CiU, PNV, IU, ICV, Na-Bai, BNG y CC. Los últimos datos económicos marcaron la breve intervención del candidato a la Presidencia ante el Congreso de los Diputados, durante la que prometió responder "a los efectos de la crisis mundial" sobre la economía española "con urgencia", al tiempo que volvió a lanzar su oferta de pactos de Estado al principal partido de la oposición, cuyo líder, Mariano Rajoy, pareció recoger el guante.

Zapatero se convirtió en el segundo presidente del Gobierno en ser investido en segunda votación parlamentaria, después de Leopoldo Calvo Sotelo. Según el Reglamento del Congreso, la segunda votación no podía llevarse a cabo hasta las 12:50 del viernes, momento en que se cumplían 48 horas desde que finalizó la primera ronda de votaciones. El candidato socialista abrió plaza a las 12:00 con una intervención de diez minutos, y le siguieron uno a uno, algunos desde el escaño, otros desde el atril, los portavoces de los grupos de mayor a menor, con cinco minutos cada uno.

El candidato empezó su discurso con lo que podría ser toda una declaración de intenciones: "Llevar a la práctica una idea de España que considero que puede compartir la mayoría de esta Cámara". Así, Zapatero resumió su "idea de España", que ya expuso en la primera sesión de investidura, como un país "en continuado crecimiento económico" que "en esta fase" atenderá "inmediatamente" las necesidades de los ciudadanos y que "se encamine al progreso y el bienestar". "Un país seguro y política y socialmente unido contra la amenaza y la violencia terrorista, defensor de la paz y con voz propia en el mundo", añadió Zapatero.

En este punto, el candidato se comprometió a responder "a los efectos de la crisis mundial" sobre la economía española "con urgencia", tomando "medidas de carácter estructural" y promoviendo "un diálogo inmediato e intenso con sindicatos y empresarios". "Sólo se puede gobernar bien con diálogo", remachó el candidato, que prometió utilizar el diálogo "para reforzar las mayorías y llegar a acuerdos en asuntos de Estado" con todos los grupos "y en especial" y "de manera singular" con el PP en los grandes asuntos: lucha antiterrorista, renovación de los órganos constitucionales, la Presidencia de la UE en 2010 y reforma de la Justicia.

El líder del PP recogió el guante de los acuerdos, pero antes dejó clara su "preocupación" por la situación de la economía. "En las últimas horas hemos conocido dos nuevos datos que no hacen sino incrementar la preocupación", señaló Rajoy, en referencia al aumento de la inflación hasta el 4,5% y la rebaja de las previsiones de crecimiento de España por parte del FMI hasta el 1,8%. A su juicio, las medidas anunciadas para paliar la crisis "son insuficientes, no sirven y no generan ni credibilidad ni confianza". "Espero que haga un esfuerzo, se tome en serio la situación económica y que pronto veamos reformas estructurales", señaló el líder del PP.

Rajoy también expresó su preocupación por el tema del agua. "Lo que sucede en Barcelona es una injusticia y en algunas ocasiones puede parecer hasta una burla", sentenció el líder del PP, que remarcó que el Gobierno tiene la "responsabilidad" de afrontar el problema del agua "sin prejuicios" y "resolverlo para todos los españoles". Por último, Rajoy mencionó los temas de importancia -terrorismo, modelo de Estado, Pacto de Toledo, política exterior y Justicia- en los que "el acuerdo de los grandes partidos es una necesidad nacional" y remachó: "Trabajaremos para que el acuerdo se haga realidad".

Si Rajoy anunciaba que su partido volvería a votar en contra, el resto de formaciones anunció que mantendría la postura de la primera ronda de votaciones; "nada ha cambiado", como dijo el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida. El nacionalista reclamó de Zapatero las "medidas necesarias" para hacer frente a la crisis económica y le felicitó especialmente por su rechazo frontal al trasvase del Segre, haciendo frente al president de la Generalitat, del que criticó su "falta de respeto" por considerar "de mal gusto" el compromiso de Zapatero de "estudiar" el trasvase del Ródano. "Sólo quiero recordarle que los compromisos son compromisos y no cortesías parlamentarias", concluyó Duran.

El portavoz de ERC, Joan Ridao, fue el único que fue apercibido por exceder el tiempo reglamentario. El republicano criticó que el "tono siempre amable y cortés" de Zapatero esconde en el fondo "su deseo de perder de vista el álbum de fotos de la pasada legislatura" y que en sus planes de futuro "se ha sepultado la España plural", para pasar a la "España unida en la diversidad". "Eso suponer que quiere competir en españolismo con el PP", consideró Ridao, que recordó "el viejo esquema del felipismo" de apoyarse en el centro derecha catalán y vasco. En cualquier caso, ERC expresó su deseo de que en la legislatura haya "espacios de coincidencia".

Gaspar Llamazares aseguró que "desde el escaño" de IU defenderá los principios de izquierdas "desde la modestia de ser lo que somos en esta Cámara por una ley electoral, pero desde el orgullo de representar a más de 800.000 votantes y de ser la tercera fuerza del país". Su homólogo de ICV, Joan Herrera, también anunció su abstención, porque "buscábamos compromisos de izquierdas" y Zapatero "no ha respondido a esa ilusión". Herrera valoró el compromiso de publicar las balanzas fiscales, pero, al contrario que CiU, defendió a Montilla y consideró "insólito" que se estudien medidas para el 2020 cuando existen "medidas viables y reversibles": el trasvase del Segre.

Después de que Francisco Jorquera, del BNG, reiterara la voluntad de diálogo de su formación pese a su abstención, el portavoz del PNV, Josu Erkoreka, reprochó a Zapatero la falta de "proyecto" hacia Euskadi. "Nuestra abstención es comprometida, constructiva y entraña un doble significado crítico y esperanzador", aseguró Erkoreka, que consideró que las palabras de Zapatero sobre Euskadi son "extraídas aleatoriamente de diccionarios de Ciencias Políticas". Tras señalar que el PNV es consciente "de las dificultades sobre normalización" y de que el autogobierno se convierte "en agua de borraja al acercarse a Madrid", Erkoreka dejó una puerta abierta para "la búsqueda de una nuevo acuerdo político".

Del Grupo Mixto, sólo UPyD anunció que votaría en contra, como ya hizo en la primera sesión. Ana Oramas, de CC, se centró en la situación "terrible" en cuanto a la inmigración y a los 20 días que restan para presentar alegaciones en Bruselas a la rebaja del arancel del plátano, antes de terminar con un "que la fuerza le acompañe". Uxue Barkos, de Na-Bai, expresó su deseo de que los momentos de "encuentro" sean más que los de "desencuentro" y Rosa Díez señaló que UPyD "no puede apoyar a un candidato que niega la discriminación que sufren decenas de miles de familias que no pueden escolarizar a sus hijos en lengua castellana, en la lengua del Estado". "España necesita un gobierno y un presidente del Gobierno que se preocupe menos de los derechos de las lenguas y de los territorios, y se preocupe más por los derechos de los ciudadanos, de la libertad e igualdad", sentenció Díez.

Los 350 diputados se fueron poniendo en pie para anunciar su voto a las 12:50. A las 13:18, Zapatero se convirtió en presidente del Gobierno con el menor número de apoyos de la historia: los 169 diputados del PSOE; 158 en contra (PP, ERC y UPyD); y 23 abstenciones (CiU, PNV, IU-ICV, BNG, CC y Na-Bai).

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