Eran las 21:00 de la noche en el patio de la Escuela de Artes y el público tenía que abanicarse con frecuencia porque el calor acompaña este verano hasta en las noches de Feria.

El auditorio, impaciente por el comienzo de la actuación, ocupó todas las butacas e incluso mucha gente tuvo que contentarse con situarse de pie en los alrededores del patio y en la entrada al mismo. El concierto había levantado mucha expectación. Por ello, muchos de los asistentes mostraban su desacuerdo por el lugar donde se estaba celebrando la ceremonia.

Al margen de este contratiempo, los almerienses que acudieron quedaron deslumbrados por la actuación de la Banda Municipal con la música sinfónica. Los mayores vítores y aplausos se los llevó las actuaciones del saxofón alto, a cargo de David Sánchez, interpretando la canción Devil-rag y los clarinetes interpretados por José Viciana y María del Carmen Rodríguez, de la Pieza de concierto número tres. Lo mejor estaba por llegar, porque a las 22:00 horas, salió a escena la cantante Anabel Navarro, muy aplaudida durante toda su actuación, y deleitó a los concurrentes con las interpretaciones de temas tan clásicos como Viva el Pasodoble, La bien Pagá y la famosa María de la O.

La artista no sólo cantó bien, sino que también se movió con gracia y solera por el patio de la Escuela de Artes, entre los músicos de la orquesta y el público entregado, de todas las edades. En definitiva, fue una noche mágica que demostró que el arte almeriense se encuentra en perfecto estado de salud.