Feria

Flamenco y rap, unidos en dos conciertos para incondicionales

  • Hanna y La Excepción fueron los protagonistas en una noche marcada por las anécdotas. Menos de mil personas se dieron cita en el Recinto Ferial almeriense

Sólo para incondicionales. Así se podrían resumir los dos conciertos que protagonizaron la cantante de pop flamenco Hanna y los raperos de La Excepción.

Con cuarenta y cinco minutos de retraso y cuando las cerca de mil personas presentes empezaban a impacientarse, la artista madrileña, primera en actuar, subió al escenario para entonar cada una de las canciones de su álbum Pura Hanna. Por medio de un peculiar estilo, incatalogable por momentos, la cantante, acompañada siempre por el micro en una mano y la bebida en la otra, ofreció, o dio a conocer en algunos casos, canciones como Mi vida, No quieras o Pensando en ti.

Entre canción y canción, tragos, reproches (tanto a los técnicos como incluso al público) y llamadas al ánimo a los asistentes. De este modo, los mejores momentos del primero del concierto vinieron cuando Hanna se dedicó a hacer lo que mejor sabe: cantar. La artista guardó para el tramo final sus temas más conocidos, ambos bandas sonoras de diferentes eventos. El más coreado por los asistentes fue Como un mar eterno, de la banda sonora del filme Yo soy la Juani.

Desde ese momento, Hanna se quitó la careta de niña mala, que en muchos artistas suele ser un lastre más que otra cosa, y se dedicó tan sólo a cantar como Hanna. La madrileña siguió encandilando con su voz con Para ser fuertes, tema de la Vuelta a España del pasado verano y, para terminar el concierto, un tema de su segundo álbum que olvidó antes de comenzar con él. Tras hacer memoria logró cantarlo y dar, por fin, paso al momento más esperado de la noche, o al menos al que más color puso sobre el Recinto Ferial: llegaba la hora de los raperos de La Excepción.

Alegría, esfuerzo, detalles e ilusión. Es el lema del grupo de rap que un día salió de uno de los barrios más marginales de Madrid, Pan Bendito, para ganar un premio MTV. Un lema que repiten en muchos de sus estribillos y que se se toman al pie de la letra en cada uno de sus conciertos. Sus miembros, Gitano Antón y El Langui, éste último aquejado de una parálisis parcial en brazos y piernas, lograron poner en pie a los pocos que quedaban sentados cuando comenzó su actuación y levantar el ánimo del público presente en el Recinto Ferial.

Guiados por el rap más carismático y animado del panorama nacional, los raperos comenzaron el concierto con Que Jambo, una canción cargada de crítica contra el periodismo sensacionalista y que consiguió desde el primer compás que el grupo conectara con el público que allí se dio cita.

En el ecuador de la actuación llegó el momento más divertido de la noche, cuando el grupo subió a diez personas del público para hacer una competición por medio de ritmos y vocablos. Mucha crítica social y política y mucho esfuerzo sobre el escenario representado en El Langui, que pasó todo el concierto apoyado en su bastón mientras las palabras salían de su boca a un ritmo difícil de seguir. Para despedirse, los madrileños recurrieron, como es norma, al tema que les dio la fama, Oye compai.

En definitiva, una noche de conciertos para incondicionales de los dos grupos, donde Hanna puso la voz y La Excepción se encargó de colorear el escenario.

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