Feria

Luces de fuego surcan el cielo

  • El castillo pintó de color la noche almeriense con la presencia de niños maravillados ante el espectáculo

La nocturnas y tranquilas olas de la playa del Zapillo rompieron ayer su habitual serenidad para dar paso a un gran espectáculo de fuegos artificiales al que varios miles de almerienses acudieron a ver a la propia vera del mar, que se llenó con gente de todas las edades.

El espectáculo, que se realizó con 1.200 kilos de material pirotécnico y otros 300 de masa explosiva, maravilló a todas las personas que lo pudieron ver desde prácticamente todos los puntos de la ciudad, incluyendo muchos niños que, asombrados, miraban boquiabiertos el cielo iluminado. A pesar de la aceptación general, y como es lógico, también fueron unos pocos los pequeños que, asustados por el ruido, comenzaron a llorar sin entender por qué y de dónde salía tanto ruido.

Tras más de 14 horas de montaje, 11 personas al mando -de las cuales 3 disparando los fuegos desde otros tantos puntos seleccionados estratégicamente- fueron 17 los minutos que transcurrieron desde que, a las 00.00 exactas, saliera disparado al cielo almeriense el primer fuego hasta la traca final, tras la que los asistentes rompieron en un sonoro aplauso.

Lo cierto es que, año tras año, los fuegos artificiales siguen siendo una de las actividades más seguidos en directo por los almerienses, que parecen no cansarse de ellos y se reunieron en familia en el paseo marítimo del Zapillo para contemplar semejante espectáculo. En este sentido, las admiraciones y exclamaciones fueron la tónica general del castillo de fuegos.

El espigón de la antigua térmica fue el escenario desde el que se lanzaron los cohetes, ya que se trata de un lugar seguro y desde el que se puede hacer el mejor espectáculo jugando con el mar, que servía de reflejo de colores, e incluso de plataforma para los propios fuegos, ya que muchos de ellos explotaron desde el propio agua.

Al término del castillo, la playa quedó impregnada por una gran nube de los restos de los cohetes, pareciendo por momentos que la capital podría estar inmersa en una nevada en pleno mes de agosto. El olor a pólvora desvelaba que los fuegos habían pasado por allí.

La empresa que se encargó del espectáculo fue, como viene siendo habitual en los últimos años, 'María Angustias Pérez Pirotecnia', de Guadix, que también ofreció otra exhibición pirotécnica en la pasada noche de San Juan en Almería y que es la actual subcampeona del mundo de la especialidad, tras el Caput Lucis celebrado hace poco más de un mes en la ciudad eterna, Roma, Italia.

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