Salir a tapear es un fin, llenar el estómago, pero al mismo tiempo es una excusa para dar de sí hasta altas hora de la tarde o incluso de la noche. Los almerienses están acostumbrados a pasárselo bien en las calles del centro durante todo el año. Son auténticos conocedores de ellas y consiguen arrastrar a los que llegan desde fuera.

Por eso, aunque el sentido de esta Feria del Mediodía es el de acercarse a los ambigús para disfrutar de la comida y el buen ambiente, después siempre hay ganas de más. Así que muchos de los que salieron de casa temprano, regresan tarde. Los jóvenes, y los que no lo son tanto, aprovechan para acoplarse en alguno de los muchos garitos que hay en el centro para alargar la fiesta. Quien puede incluso consigue llegar vivo a la de la noche. Toda una proeza que día tras día se produce. En las fiestas siempre hay valientes.

Pero el epicentro de la capital está lleno de vida durante todo el día desde que comenzaran las celebraciones. Actividades deportivas en La Rambla, cabalgatas, guerras de flores, ambigús, bares, pubs... todo está dispuesto a propósito para el disfrute.