La alegría se contagia, y sino que se lo digan a los centenares de almerienses que día tras día pasan por la Feria del Mediodía. Escasos minutos hacen falta para que uno se deje de embriagar por su buen ambiente... y por su olor. Si por algo se caracteriza esta feria es porque el trajín de las parrillas y el aroma que desprenden, el cual abre a más de uno el apetito. Migas, paella, pinchos... hacen la boca agua.
Conforme pasan los días y se acerca el fin de semana el fluir de personas crece. Todos con un mismo objetivo: disfrutar al máximo de ésta semana de fiesta y, por supuesto, de la buena comida
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