El sabor de un mojito combinado con bailes y cantos africanos fueron los ingredientes que se mezclaron en la clausura de la trigésima segunda edición del Festival Internacional de Teatro de El Ejido. Tras finalizar la obra de Paco León y Mari Paz Sayago, muchos de los asistentes que se encontraban en el Auditorio Municipal bajaron hasta el Parque para disfrutar del fin de fiesta.

La compañía senegalesa Borom Tamba fue la encargada de hacer bailar a todos los presentes en el Parque Municipal con su espectáculo Tuki Thi Afriq.

Los percusionistas fueron los primeros que irrumpieron en el escenario con un traje color verde pistacho y con unas plumas en la cabeza que llenó la noche de la clausura del colorido que necesitaba.

Mientras que los senegaleses comenzaron a tocar, muchos de los asistentes cogieron los mojitos que se empezaron a repartir para disfrutar del espectáculo.

Después de varios minutos en los que los percusionistas ofrecieron distintos ritmos, entraron a escena las bailarinas que con el rojo del fuego ofrecieron pasos dinámicos y con fuerza.

Parte del público se mostró entusiasmado con los ritmos de los senegaleses. Algunos pequeños bailaban en frente del escenario y los mayores bailaban más tímidamente.

Los cantos africanos no se hicieron esperar y por un momento parecía como si se hubiese trasladado un pequeño trozo del continente africano al municipio ejidense.

Las bailarinas del espectáculo no pararon de cambiarse de vestuario en cada número que interpretaron sobre las tablas improvisadas en el Parque Municipal de El Ejido.

Sobre el escenario también se sucedieron distintos símbolos africanos que ofrecieron mucho más colorido a los bailes, cantos y ritmos senegaleses.

Durante aproximadamente 70 minutos se pudo disfrutar del último espectáculo de la trigésima segunda edición del Festival que ha recorrido las distintas disciplinas de las artes escénicas con lo más granado del panorama nacional e internacional.