Iberoamericano

El Colón de Oro vuelve a Argentina

  • La película 'Infancia Clandestina', del debutante Benjamín Ávila, se lleva el máximo galardón · 'Mai morire' recibe el Premio Especial del Jurado

El debutante Benjamín Ávila se llevó ayer el Colón de Oro al mejor largometraje con Infancia clandestina, su particular visión, con toques autobiográficos, de la dictadura de Videla a través de los ojos de un niño. Argentina vuelve a encabezar así el palmarés oficial del Iberoamericano y alcanza ya los diez galardones en Huelva. Una cifra histórica.

El triunfo de la coproducción entre Argentina, España y Brasil llega después de una trayectoria internacional destacada, con exhibición en la Quincena de Realizadores de Cannes y en Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián, y una opción a entrar en las nominaciones a los Oscar en representación de la cinematografía argentina. Ya antes de pasar por Huelva tenía muchas posibilidades de cerrar su exhibición en España, Europa y Latinoamérica. Ahora, las refuerza.

El jurado optó por una decisión casi salomónica, repartiendo once premios entre siete de los diez largometrajes a concurso. Concedió a Mai morire, del mexicano Enrique Rivero, la consolación, el Premio Especial, y aún se sacó dos menciones más para el elenco actoral de la argentina Ni un hombre más, de Martín Salinas, y la dirección artística de O palhaço, de Selton Mello, que se adjudicó también el Premio del Público y el Colón de Plata a la mejor fotografía, para Adrián Tejido.

A otra argentina, De martes a martes, de Gustavo Fernández Triviño, le correspondió la Carabela de Plata a la ópera prima, y también un aplaudido Colón de Plata al mejor actor para Pablo Pinto.

La mexicana Kenya Márquez encontró hueco en el palmarés como mejor dirección por Fecha de caducidad, mientras su compatriota Lucía Carreras se fue incomprensiblemente de vacío, para muchos, con Nos vemos, papá.

Distinto fue para Martín Salinas, director novel y guionista consagrado, para el que el Colón de Plata por su libreto de Ni un hombre más estaba casi cantado.

En cambio sorprendió de alguna forma el premio de interpretación para la actriz Alicia Rodríguez, protagonista de la chilena Joven y alocada, de Marialy Rivas, que llegó precedida de mucha expectación. Tras su paso por Sundance y San Sebastián, se quedó sólo con un Colón.

La entrega de premios se realizó en una gala de clausura en la Casa Colón presentada por el actor gaditano Manuel Tallafé, que puso notas de humor entre un desfile de rostros conocidos de la televisión y el cine. Todo dispuesto para ser retransmitido por Televisión Española en diferido en La 2 y en el Canal Internacional, lo que aseguró una gran audiencia potencial.

Fue, de nuevo, un acto sencillo, con apenas dos números musicales del propio Tallafé, acompañado al piano por Abdón Alcaraz, y que dio un tono de calidez entre idas y venidas, focos y trofeos.

Pero el protagonismo estuvo repartido entre un mexicano y dos argentinos. El primero, Enrique Rivero, onubense de adopción, con el Premio Especial del Jurado que las prisas del guión casi no le dejan agradecer. Y los otros dos, el director Martín Salinas y el actor Pablo Pinto, fieles toda la semana al certamen y agasajados con dos galardones cada uno.

Para el cierre, poesía. El periodista y jurado Fernando Lara, antes de entregar el Colón de Oro a Infancia clandestina, recuperó los versos de William Wordsworth que también ponen el broche a la película Esplendor en la hierba, de Elia Kazan: "Aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la hierba, de la gloria en las flores, no hay que afligirse, porque la belleza siempre perdura en el recuerdo".

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