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La "presión" de la industria química hace retroceder el control biológico

  • Almería posee más de 24.000 hectáreas bajo este sistema y preocupa que caiga a 20.000

Francisco González (Hortiespaña), Jan van der Blom (Coexphal) y José Antonio Aliaga (Delegación de Agricultura).

Francisco González (Hortiespaña), Jan van der Blom (Coexphal) y José Antonio Aliaga (Delegación de Agricultura). / javier alonso

Uno de los principales estandartes de la agricultura intensiva almeriense, el control biológico, languidece desde hace un par de años. Los datos que se desprenden de la superficie cultivada bajo este sistema reflejan un descenso que todos los agentes del sector hortofrutícola miran con preocupación. Del estancamiento inicial se ha pasado al retroceso y, lo que es peor, se espera que el área que emplea este método continúe reduciéndose, para pasar de las 24.200 hectáreas actuales a caer por debajo de las 22.000 o, incluso, rondar las 20.000, tal y como advirtió ayer el secretario general provincial de la Delegación Territorial de Agricultura en Almería, José Antonio Aliaga.

Estas son algunas de las principales conclusiones que se pusieron sobre la mesa en la jornada técnica agroalimentaria 'Avances y retrocesos en control biológico' que organizaron ayer Cajamar y Coexphal y que tuvo lugar en el Centro de Cultura de la cooperativa de crédito almeriense ante la presencia de más de medio centenar de técnicos, estudiantes y empresarios. Una cifra de participación que también pone de relieve el grado de estancamiento del control biológico en la provincia, pues hace unos años, estas mismas jornadas solían contar con más de 200 asistentes.

La Junta, Hortiespaña y Coexphal abogan por dar continuidad a la "década prodigiosa"

Uno de los motivos de la 'relajación' que se está experimentando en el uso del control biológico por parte de los agricultores almerienses viene de la mano de la "gran presión" que está ejerciendo la industria de los productos fitosanitarios que, no en vano, tiene detrás a grandes multinacionales que llevan una década viendo cómo el campo almeriense ha virado hacia este sistema de cultivo biológico, en detrimento del uso de los químicos. No en vano, en la jornada de ayer había representación de la patronal fitosanitaria, la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (Aepla), síntoma del gran interés que suscita el uso del control biológico y la caída de su utilización en los invernaderos.

El delegado territorial de Agricultura, José Manuel Ortiz, abogó por dar continuidad a "la década prodigiosa" del control biológico, tras su implantación progresiva en la provincia desde 2007, como consecuencia de la crisis del isofenfos metil, una petición a la que se sumaron Coexphal, a través de su gerente, Luis Miguel Fernández, y Hortiespaña, por boca de su presidente, Francisco Góngora. Ortiz Bono insistió en que salir del control biológico y "regresar a los químicos no es la solución" y apuntó que mientras en pimiento se ha alcanzado prácticamente el 100% de la superficie invernada con lucha biológica, preocupa el descenso de otros cultivos, sobre todo, en tomate, y en otros de primavera como melón y sandía, en los que apenas se está utilizando.

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