INVESTIGAR EN SEVILLA

El esturión: mucho más que caviar

  • La Universidad de Sevilla lidera una investigación sobre el uso de la vejiga de este animal como adhesivo en la restauración de obras de arte.

Imagen del taller restauracion del profesor Javier Bueno.

Imagen del taller restauracion del profesor Javier Bueno.

El caviar no es el único manjar que esconde el esturión. Los restauradores de arte han hallado en este animal en peligro de extinción una sustancia gelatinosa que se puede usar como adhesivo de gran calidad para la restauración de bienes culturales. Eso sí, su alto precio y la dificultad para encontrarla en el mercado ha hecho que se utilice puntualmente y en obras muy delicadas.

Un grupo de 17 investigadores y docentes liderado por la Universidad de Sevilla (US) han desarrollado un estudio sobre la producción y la comercialización de la vejiga de esturión criado en piscifactorías españolas para su empleo como adhesivo en creaciones artísticas. En esta investigación, dirigida por Javier Bueno, profesor de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, también han participado biólogos, arqueólogos, químicos, físicos y restauradores de otras entidades académicas como la Universidad Pablo de Olavide, la Universidad de Granada, la de Almería y el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración, además de contar con la colaboración de la piscifactoría granadina Riofrío

“Los adhesivos naturales cuyos componentes principales son proteínas y proceden de diversos órganos de mamíferos y peces han sido tradicionalmente empleados como aglutinantes a lo largo de la Historia. Hay ejemplos en la Prehistoria o la civilización egipcia sobre la realización de creaciones artísticas”, explica Javier Bueno. Sin embargo, “en intervenciones de conservación y restauración de bienes culturales sólo tengo referencias desde hace unas décadas”.

Según este profesor, entre los pegamentos obtenidos de pescados, el adhesivo procedente de los órganos del esturión “es considerado el de mejor calidad”. Su obtención es complicada y cara, ya que no se produce en España y se debe importar desde Alemania o Rusia. No obstante, “en Granada está una de las piscifactorías de crías esturiones más importante de Europa, Caviar de Riofrío, por lo que nos propusimos estudiar la viabilidad de conseguir este adhesivo orgánico natural en Andalucía”, apunta Bueno.

Este producto sólo se puede comprar en tiendas especializadas en materiales para restauración de obras de arte. Su precio ronda los 6.000 euros el kilo. “Una vejiga de esturión puede pesar unos 20 ó 30 gramos pero al aplicarse muy diluida tiene un alto rendimiento, aunque suele aplicarse en obras de arte de tamaño pequeño o mediano”, anota Bueno. A través de la piscifactoría ubicada en Loja, que comercializa sólo el caviar y la carne de los esturiones, los investigadores han podido estudiar las propiedades de este adhesivo orgánico y compararlo con otros productos similares en el mercado.

Con la ayuda obtenida, se ha realizado una revisión bibliográfica de los adhesivos orgánicos, especialmente de la cola de esturión, y su presencia en obras de arte como el mosaico de Neptuno de Itálica; en la literatura, como El Quijote; o en tratados de arte y de técnicas artísticas, como los textos de Plinio o Cennino Cennini”, explica el director del proyecto y profesor del Grado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Hispalense.

Javier Bueno señala que esta sustancia permite mínimas intervenciones con grandes resultados. “

, lo que la hace muy apropiada, por ejemplo, en la de fijación de capas de color delicadas que se están desprendiendo, están pulverulentas o tienen un acabado mate”, comenta. “Además, es reversible durante muchísimo tiempo, lo que permitiría retirarla sin producir daños o dejar residuos”.

Al ser un producto natural es compatible con muchos materiales propios de las obras de arte tradicionales, pero también se puede aplicar en obras de arte contemporáneas. “Se aplica en rangos y condiciones de humedad y temperatura que no dañan a los bienes culturales porque incluso a temperatura ambiente pueden dar óptimos resultados, mientras que otros adhesivos naturales necesitan aplicarse en caliente o en porcentajes más altos”, añade Bueno. Este producto también se puede almacenar durante mucho tiempo, lo que permite aplicarlo en pequeñas intervenciones y no necesitar mucho espacio ni condiciones complejas para almacenarlo.

El esturión está en peligro de extinción y la comercialización de este animal y sus derivados está prohibida si no son criados en piscifactoría. “En España, el último esturión que se pescó en un río fue en el Guadalquivir en 1992 y desde entonces no se tiene noticia de esturiones libres en los ríos españoles”, subraya Javier Bueno.

El objetivo del estudio liderado por la Universidad de Sevilla ha sido analizar los adhesivos obtenidos de subproductos (piel, cartílago y vejiga natatoria) que no se comercializan en la piscifactoría de Granada y que se obtienen simultáneamente con el caviar. “Precisamente esta piscifactoría ha realizado un estudio y propuesta de reintrodución de esturiones en el Guadalquivir, pero por ahora esto no ha sido posible ya que son varias las especies de esturión las que habitaron en los ríos españoles según han demostrado arqueólogos e investigadores granadinos que han analizado el ADN de restos encontrados en cuevas prehistóricas, por lo que de momento no se ha autorizado la reintroducción de una especie en concreto”, explica el profesor.

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