Pobreza y renta mínima

Que haya pobreza no es más que una actuación insuficiente del Estado de Bienestar en las sociedades occidentales

La pobreza es con toda seguridad una de las situaciones que más perjudican a las personas. La pobreza es causa de muchos males. Es una lacra que persigue a la humanidad desde hace siglos y una situación de la que somos incapaces de librar a los millones de personas que la sufren. La pobreza está presente de manera constante. Incluso en una sociedad avanzada como la nuestra, convive la pobreza junto a nosotros.

Que haya pobreza no es más que la expresión de políticas económicas injustas que están en el origen de este problema y quizás (también) de una actuación insuficiente del Estado de Bienestar en las sociedades occidentales.

Es por ello que se puede afirmar que hay mucho camino que recorrer para conseguir el cambio necesario en las políticas económicas y hacer posible el objetivo utópico de acabar con la pobreza.

Mientras tanto, se pueden adoptar medidas como las aprobadas esta semana en el Parlamento de Andalucía al convalidar el decreto ley que regula la renta mínima de inserción social que va a poder beneficiar a unas 45.000 familias en toda la Comunidad y a cerca de 6.000 familias en la provincia de Granada.

Esta medida supone una prestación económica orientada tanto a la erradicación de la marginación y la desigualdad, como a la lucha contra la exclusión social que deberá incorporar, y esto es muy relevante, un itinerario a través de un plan de inclusión sociolaboral. El nuevo modelo da prioridad a las familias con menores de edad a su cargo, así como las monomarentales y monoparentales, las mujeres víctimas de violencia de género y las personas con discapacidad

Es una iniciativa que deberá ser evaluada para perfeccionar el instrumento en la idea de asegurar que se consiguen esos objetivos. Pero también, es una iniciativa que merece ser extendida a toda España porque la pobreza es inaceptable.

No podemos estar con los brazos cruzados ante la pobreza; hay que actuar desde el desarrollo de políticas públicas para afrontar las causas y las consecuencias de la pobreza. Pero si es importante adoptar medidas como la instauración de la renta mínima de inserción social, más importante es que desde la izquierda seamos capaces de articular políticas económicas diferentes a las actuales tanto en España como en Europa; políticas que permitan acabar con las bases y las raíces en las que se fundamenta la aparición de la pobreza. Es lo que se espera de nosotros.

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