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Ese vecino que sale en los libros de Historia

  • Afueras. Aunque nació en una modesta vivienda de Heliópolis, Bellavista es el barrio donde creció Felipe González, el hijo del vaquero que el 28 de octubre de 1982 consiguió el primer triunfo electoral de la izquierda desde la República.

La empresa es de Carmona y los obreros de Olivares. Echan hormigón sobre las tuberías para la electricidad a la altura de Rosas, 17, esquina con la calle Ávila de Bellavista. La casa donde vivió Felipe González. ¿Qué pasó el 28 de octubre de 1982? "Que conteste éste, que tiene carrera". Fernando, efectivamente, terminó Aparejadores, o sea, Ingeniería de Edificaciones, pero ahí está hormigonando la calle donde jugó el político que sacó 202 diputados con un partido que llevaba los epítetos socialista, obrero y español. Fernando nació el 12 de febrero de 1983. Su madre estaba embarazada ese otoño de 1982 en el que dio un vuelco la historia de España. De sus tres compañeros de faena, sólo había nacido Aparicio, de 1978. Alejandro es de 1983, Antonio de 1987.

La jornada de reflexión debió ser el día después, tal día como hoy de hace 35 años. España hizo el ridículo en el Mundial de Naranjito, pero el vecino de Bellavista ganó por goleada. Las cosas habían cambiado a velocidad de vértigo. En 1973, el atentado contra Carrero. En 1974, el congreso de Suresnes (y la foto de la tortilla). En 1975, la muerte de Franco. En 1976, Adolfo Suárez presidente del Gobierno, el político de Ávila, esquina con Rosas. En 1977, la legalización de los partidos políticos, las primeras elecciones democráticas y la Copa del Rey del Betis, que Felipe vio en el Vicente Calderón. En 1978 se vota la Constitución. En 1979, las elecciones municipales. El alcalde de Sevilla era Luis Uruñuela, su profesor y su amigo, hasta el punto de que tomó los dichos con Carmen Romero por estar el novio en el extranjero. En 1980, el 28-F. En 1981, el 23-F...

"Su madre era clienta de mi madre y le decía: Dolores, tienes que votar a mi niño"

"En Bellavista sí que se celebró el triunfo de Felipe, el 80% de este barrio ha sido siempre de izquierdas", dice Antonio Morales, quien atribuye la lozanía de sus 82 años (nació en Córdoba en 1935) a ir en bici todos los días hasta los Jardines de Hércules, los modernos edificios construidos en el inicio de Bellavista donde estuvo la fábrica de Uralita y sus pesadillas de amianto. "Lo he saludado muchas veces, igual que saludé a Fraga. Yo tengo una tienda de juguetería y regalos y Fraga un día se me acercó. La gente lo abucheaba. Yo no he abucheado nunca a nadie". Es un tipo tolerante. "Yo nunca voté a Felipe, pero mi mujer, Amparo, todos los años. La tienda la abrimos en 1960 y lleva su nombre y a mí me dicen Amparito. Yo nunca he sido de izquierdas, pero cogía el altavoz con los comunistas. Porque Bellavista no cambió por el triunfo de Felipe, aquí todo se hizo a base de manifestaciones, pero a España le dio la vuelta, porque el país estaba muy mal".

Antonio Ramos. La madre de Felipe González fue clienta de su madre Antonio Ramos. La madre de Felipe González fue clienta de su madre

Antonio Ramos. La madre de Felipe González fue clienta de su madre / José Ángel García

Lo cuenta sin soltar el manillar de su bicicleta en la puerta del Hogar del Pensionista construido en unos terrenos que cedió el cardenal Bueno Monreal, por lo que lo nombraron socio de honor. El arzobispo al que relevó el mismo año 1982 (el de las elecciones) Carlos Amigo Vallejo, un vallisoletano procedente de la diócesis de Tánger. La primera semana de noviembre, con el gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo en funciones, el canto del cisne de la UCD, el Papa Juan Pablo II visitó Sevilla.

Antonio Arispón nació en Marchena, se vino a Triana y al casarse se instaló definitivamente en Bellavista. Otro niño de la República, como su amigo Amparito, él nació en 1933 y trabajó de tapicero. "A Juana Márquez, la madre de Felipe, le tapicé una vez un tresillo". El barrio guarda un recuerdo entrañable de esta familia cuyos cimientos los pone un vaquero montañés, el padre del presidente, que se vino con 21 años en 1932 desde Cantabria siguiendo los pasos de un hermano que había trabajado de obrero, como los que echan hormigón en la calle Rosas, en la construcción de los pabellones de la Exposición Iberoamericana de 1929.

En octubre de 1982, Antonio Ramos no podía votar, pero ya estaba trabajando en el mercado de Bellavista. "Un año antes, mi padre murió de un infarto y yo tuve que dejar el colegio con doce años". Mucho más joven que el capitán de quince años de la novela de Julio Verne. "La madre de Felipe era clienta de mi mamá y le decía: Dolores, vota a mi niño que cuando salga mi niño esto va a cambiar". Y vaya si salió. Antonio viene todos los días desde Benacazón a su puesto de frutas y verduras. "A Felipe no recuerdo haberlo visto por aquí. Sí ha pasado todo el séquito del Partido: Alfonso Guerra, Viera, Espadas. Susana es la que no ha venido. Pero sí estuvo en el centenario de la hermandad del Rocío de Benacazón porque el alcalde es socialista. Ella no va perdida nunca". La presidenta de la Junta nació el mismo mes de la foto de la tortilla en octubre de 1974.

El obrero que echa el hormigón junto a la casa de Felipe estudió Aparejadores

El mercado de Bellavista fue provisional desde 1973 hasta 2009: treinta y seis años de provisionalidad desde Carrero hasta Zapatero. "El mercado va a peor", dice el frutero. "Está vacío y los aparcamientos llenos. Le hemos pedido al Ayuntamiento que facilite a los clientes que puedan aparcar".

En la Academia de Medicina, Felipe González Márquez, el hijo del vaquero montañés y la luchadora de Villarrasa, dejó el otro día en fuera de juego a Piqué con una metáfora balompédica que no la mejora ni Bilardo. El año que Felipe cumplió 18 años, en 1960, se fundan las peñas Sevillista y Bética de Bellavista. La primera, llena de banderas y bufandas de los rivales continentales, tiene la sede en la Avenida de Bellavista, pegada al nacimiento de la calle Rosas donde vivió la familia del político que barrió en las urnas del 82. En la segunda hay una de las pocas referencias al artífice de la gran gesta política. Miguel Ruiz es el presidente de la Peña Bética Blanca y Verde y lleva al periodista a su despacho. Junto a una foto de la maqueta del estadio Benito Villamarín según el proyecto final de Antonio González Cordón, "el platillo volante del que hablaba Lopera", hay una foto dedicada a los peñistas por Felipe González en años de inquilino de la Moncloa. De 1982 a 1996. Del Mundial de España a los Juegos de Atlanta.

El padre de Toni Doblas (derecha), con dos socios de la peña bética de Bellavista El padre de Toni Doblas (derecha), con dos socios de la peña bética de Bellavista

El padre de Toni Doblas (derecha), con dos socios de la peña bética de Bellavista / José Ángel García

A las doce de la mañana, el Bellavista recibe hoy al Coronil en partido de la Primera Andaluza Senior. Fue el equipo en el que dio sus primeros pasos un héroe balompédico de la barriada, un currículum de trotamundos difícil de igualar. Antonio Baltasar Doblas, alicatador de oficio, socio de la peña, lleva una camiseta del Helsinki 1907, uno de los muchos equipos en los que ha jugado su hijo Toni Doblas, portero del Betis que en 2005 ganó su segunda Copa del Rey. El único guardameta junto a Esnaola que puede presumir de ese galardón.

Ahora defiende la portería del San Fernando, en los dominios de Camarón, pero el cancerbero que estudió Periodismo, "le dije que si no estudiaba no había fútbol", dice su progenitor, también jugó en Azerbaiyán, el Nápoles y fogonazos contractuales en la India, una Liga de cuatro meses que le permitía paréntesis para jugar en el Cornellá, Toledo y Extremadura de Almendralejo. "Fue llegar y salvar al equipo del descenso", dice orgulloso su padre. Además del presidente de la peña, comparte charla Paco Loro Marín, que durante 36 años trabajó de vigilante en el club Pineda.

En el palmarés del barrio, el éxito electoral del 82 y la Copa del Rey de Toni Doblas

El padre de Doblas ha conocido muy bien a la familia de Felipe González. "Yo era de la pandilla de su hermano. Jugábamos a las bolas, entrábamos donde estaban las vacas y su madre, doña Juana, nos daba de merendar a los dos". Recuerda una anécdota que parece un cuento de Kipling. "A Felipe le regalaron un tren y mi padre, el abuelo del portero, lo cogía y empezaba a hacer el ruido del tren: chu-cu-chu, ya estamos llegando a los Merinales". Es el nombre de un presidio y campo de concentración del franquismo ahora recordado en una de las glorietas del barrio.

Antonio Morales y Antonio Arispón, dos niños de la República Antonio Morales y Antonio Arispón, dos niños de la República

Antonio Morales y Antonio Arispón, dos niños de la República / José Ángel García

Con casi un cuarto de siglo de alcaldes socialistas, fue uno del PP, Juan Ignacio Zoido, el que le dio a Felipe González la medalla de la ciudad. El ministro del Interior, siendo alcalde de Sevilla, puso en marcha la línea 3 de Tussam que une Pino Montano con Bellavista. Dos barrios populosos de norte a sur. En Bellavista está el edificio Vistabella, juego capicúa de palabras como el triunfo electoral de aquel 28 del 82. El autobús pasa por la avenida Reina Mercedes a la que daba la habitación realquilada en la que nació Felipe González en un bloque de viviendas donde muchos años después su hermano pequeño, Juan María, abrió un restaurante con el nombre de La Vaquería.

A Heliópolis, Bermejales y Bellavista las une un torno exótico llamado Glorieta de Letonia. Desde la carretera se divisan los bloques de Palmas Altas, futuro imperfecto de Abengoa, y la clínica Fremap, virgen de Lourdes de los futbolistas. Bellavista ha cambiado una barbaridad. Dos Hermanas mantuvo un litigio para recuperar su propiedad. Abundan en su callejero los nombres de provincias castellanas: Guadalajara, Salamanca, Pamplona, Soria, Logroño, Ávila. Ciudades sin playa que remiten a Alfonso Guerra en la playa de Conil, en vísperas de aquel triunfo electoral, dibujando el mapa de los gobernadores civiles en su empeño porque a este país no lo reconociera "ni la madre que lo parió".

Bellavista, donde tampoco nadie es profeta en su tierra. Con un abogado que ganó por goleada y un portero que vive de evitarlas.

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