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Italia cierra una campaña electoral que no logra entusiasmar a los ciudadanos

  • El conservador Silvio Berlusconi se da como seguro ganador en los comicios de mañana y el lunes · El demócrata Walter Beltroni, que promete "pasar página", convocó anoche a sus seguidores en Roma

La campaña electoral para las elecciones generales italianas llegó ayer a su fin después de cuatro semanas en las que los principales candidatos, el conservador Silvio Berlusconi y el demócrata Walter Veltroni, no fueron capaces de involucrar a los ciudadanos, que la han seguido con escepticismo y desapego.

El último acto electoral de ambos candidatos fueron dos entrevistas, separadas y consecutivas, emitidas anoche en directo por la televisión Canale 5, propiedad de Berlusconi, en un intento de llegar a más ciudadanos que con un tradicional mitin.

Berlusconi, líder del Pueblo de la Libertad, se da como seguro vencedor y el pasado 28 de marzo, último día de la publicación de sondeos electorales, su ventaja era de entre 8 y 5 puntos en la Cámara de Diputados frente al Partido Demócrata de Veltroni.

Ésta ha sido una campaña electoral floja, casi apática, seguramente reflejo de un país que hace frente a grandes desafíos con un economía maltrecha, pero cuyos ciudadanos no creen en la capacidad de los políticos para dar una respuesta a sus problemas.

De hecho, según las últimas encuestas para las votaciones de mañana y el lunes, un 30 por ciento de italianos se declararon indecisos sobre a quién votar o si acudir a la urnas.

En estos días se oye en boca de muchos italianos frases como "ningún candidato merece mi voto".

"La gente está muy desilusionada, preocupada, quiere alguna solución independientemente del partido del que venga", pero tiene "la convicción de que gobierne quien gobierne no cambia mucho", explicó ayer el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Luiss de Roma, Giovanni Orsina.

Además, tanto Berlusconi como Veltroni "son ya conocidos", el primero desde hace años y el segundo es visto como heredero del actual Gobierno saliente de Romano Prodi, así que "ninguno dice cosas nuevas", las actuales promesas ya han sido formuladas anteriormente y en gran parte "no se han mantenido".

Levántate Italia ha sido el lema de Berlusconi, de 71 años, que busca regresar por tercera vez al Gobierno tras un paréntesis de algo más de dos años y que en esta ocasión no ha prometido milagros, si no que ha advertido de que las primeras decisiones de un posible gobierno suyo serán "duras e impopulares".

Berlusconi anticipó el jueves en Roma el cierre de su campaña con un mitin en el que dedicó más tiempo a descalificar a su directo rival que a hablar de su programa.

El Partido Demócrata (PD) propone "pasar página", se presenta como una opción que apuesta por los jóvenes y Veltroni ha prometido que una nueva Italia Si puó fare (Se puede hacer), como el Yes we can (Sí, nosotros podemos) del senador estadounidense Barack Obama, aspirante a la candidatura presidencial demócrata.

Veltroni cerró ayer la campaña electoral en Roma, mientras el jueves, en un gran mitin en Milán, aseguró que el PD puede responder al "desafío reformista" y que sea cual sea el resultado de los comicios no habrá posibilidad de acuerdos con la derecha: "el que logre aunque sólo sea un senador de más, gobierna".

La actual ley electoral ya hizo que en la recién acabada legislatura la coalición de centroizquierda contará sólo con dos senadores de diferencia, lo que acabó provocando la caída del Ejecutivo, mientras algunos sondeos no descartan un empate.

En esta ocasión ya no hay dos grandes coaliciones -de centroderecha y centroizquierda- que agrupan toda una variedad de partidos, lo que abre el escenario de posibilidades si el resultado no fuese determinante.

En ese caso, tanto la democristiana UDC, de Pierferdinando Casini, como la Izquierda Arcoiris, de Fausto Bertinotti, aspirarían a convertirse en el fiel de la balanza si logran superar la barrera del 8 por ciento de votos que da acceso a la Cámara Alta.

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