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Kofi Annan intenta mediar en Kenia

  • El mensaje destinado al gobierno y a la oposición es que "no puede haber solución sin un diálogo genuino. No puede haber paz y estabilidad sin cooperación"

El ex secretario general de la ONU Kofi Annan llegó el martes a Kenia para mediar entre el gobierno y la oposición con el fin de resolver la crisis que se arrastra desde fines de diciembre, pero dejó claro que no venía con una solución en la maleta.  En una declaración pública realizada nada más bajar del avión, Annan afirmó que no había llegado con una solución determinada, "sino para encontrarla, por el bien de Kenia y de los kenianos, y por el bien de África".

"En estos momentos que requieren esfuerzos conjuntos confío plenamente en la voluntad, madurez, ingenio y criterio de los líderes políticos", subrayó Annan.

El político ghanés prosiguió que tanto él como el ex presidente de Tanzania, Benjamín Mkapa, y la antigua primera dama de Mozambique, Graca Machel (viuda de Samora Machel y ahora esposa del sudafricano Nelson Mandela), que forman el trío de mediadores, están en Kenia para "escuchar, aprender y trabajar con las partes concernidas".

"Contamos con el apoyo de la Unión Africana, la Unión Europea, Naciones Unidas y Estados Unidos", agregó.

El mensaje destinado al gobierno y a la oposición es, según Annan, que "no puede haber solución sin un diálogo genuino. No puede haber paz y estabilidad sin cooperación".

Annan también hizo hincapié en la importancia de Kenia en la región y en el continente por su histórica estabilidad política, social y económica.

El ex secretario general de Naciones Unidas citó el testimonio dejado por el presidente de turno de la UA y de Ghana, John Kufuor, cuya mediación entre el presidente Mwai Kibaki y el líder del Movimiento Democrático Naranja (ODM), Raila Odinga, no llegó a buen puerto.

Annan se entrevistará mañana por la mañana con Kibaki y por la tarde con Odinga.

Manifestaciones

Mientras tanto, la policía dispersó el martes una pequeña manifestación a favor del presidente en el centro de Nairobi, protagonizada por unas cien personas, que trataron de desfilar por la capital pero que fueron rápidamente interceptadas por las fuerzas del orden.

Dichas fuerzas utilizaron gases lacrimógenos para dispersar la marcha, como ya hicieran con los partidarios de la oposición debido a la prohibición del gobierno de efectuar manifestaciones políticas.

Poco antes de la llegada de Annan a Nairobi, el ODM anunció haber puesto una denuncia ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) contra el presidente Mwai Kibaki por "crímenes contra la humanidad".

La justicia internacional "tiene que condenar a los responsables de las matanzas perpetradas por las fuerzas de seguridad", afirmó en un comunicado el secretario general del partido opositor, Anyang Nyong'o.

Esas responsabilidades, según Nyong'o, empiezan por el presidente, pasan por su gabinete y acaban en los directores de la policía.

"El presidente Kibaki -dijo Nyong'o-, el ministro de Interior John Michuki, todos los miembros del nuevo ejecutivo y el jefe general de la policía, Ali Hussein, ordenaron a las fuerzas de seguridad disparar a matar contra inocentes".

Para el secretario general del ODM, Kenia vive en estado de emergencia debido al "terrorismo de Estado instalado por el un gobierno fascista que comete matanzas contra inocentes por ambiciones políticas".

El dirigente político justificó con números sus acusaciones: "Las fuerzas del orden, bajo autoridad de Kibaki, han matado a mil personas y han provocado el desplazamiento de más de 250.000".

El ODM pidió la intervención de Naciones Unidas e incluso el despliegue de una fuerza de paz que se interponga entre "la población y la policía".

Nyong'o afirmó que el gobierno es ilegal puesto que se instaló "tras el recuento fraudulento" de las elecciones generales, que el ODM asegura haber ganado, aunque las autoridades electorales declararon vencedor a Kibaki, en el poder desde 2002 y que se presentaba a su reelección.

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