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Lisboa eclipsa a España en Europa

  • La presidencia española tiene que compartir protagonismo con el presidente permanente y la alta representante, dos cargos incluidos en el nuevo Tratado

El próximo 1 de enero España tomará el relevo de Suecia en la presidencia de la Unión Europea (UE). Dos son los grandes retos que marcarán la representación española, por un lado la entrada en vigor a principios de este mes del Tratado de Lisboa y, por otro, la crisis económica. España, con el presidente Zapatero y el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, al frente tienen una gran oportunidad por delante para afianzarse en Europa. Durante estos seis meses, España puede pasar a la historia como el país que puso en marcha los mecanismos necesarios para la implantación del Tratado de Lisboa y por impulsar medidas para la nueva Europa tras lo peor de la crisis, dos retos más que importantes que, si no se manejan bien, pueden volverse en su contra.

Por el momento, España no lo tiene muy fácil. No es precisamente ejemplo de solvencia en el manejo de situaciones económicas complicadas. Mientras las grandes potencias prevén ya una recuperación para el próximo año que está a punto de empezar, los españoles nos preparamos para uno de los peores ejercicios en lo que a datos de paro se refiere. El desempleo seguirá creciendo mientras otros estados comenzarán a crecer, una circunstancia que, sin duda, restará fuerza a la presidencia europea. Al menos así lo creen diversos expertos que participaron la semana pasada en un seminario dirigido a periodistas españoles y organizado por el European Journalism Center en Bruselas.

El Ejecutivo de Zapatero, además, aún no ha puesto sobre la mesa las medidas que desea impulsar durante su periodo de presidencia. Fuentes comunitarias aseguraron que la sensación que se tiene en Europa es que los problemas económicos del Gobierno español están eclipsando sus contribuciones europeas. Por el momento, se sabe que las líneas generales de la presidencia española se basarán en la innovación y la igualdad y está previsto que la semana que viene el propio Zapatero presente de forma detallada todas sus propuestas. Evidentemente, muchas de ellas tendrán continuidad con lo que se está haciendo hasta ahora y con lo impulsado por Suecia, que actualmente ostenta la presidencia del Consejo. Las iniciativas españolas tendrán también que encontrar consenso con Bélgica y Hungría, con los que forma el llamado trío de presidencias hasta junio de 2011. Este procedimiento de trabajo es una de las novedades que dispone el Tratado de Lisboa y tiene como objetivo dar más fortaleza, continuidad y más unidad al proyecto de la UE.

¿Qué puede hacer el Gobierno para aprovechar estos seis meses? Para el vicepresidente del Parlamento Europeo, Alejo Vidal-Quadras, lo mejor que pude hacer España es intentar liderar el cambio institucional. Para el eurodiputado del PP, Zapatero "deberían poner en marcha el nuevo timón, dar un impulso a la nueva arquitectura que deja el Tratado de Lisboa". Las principales novedades en este sentido son el nombramiento de un presiente del Consejo Europeo permanente (que convive con el presidente del país de turno), un cargo que ostenta el belga Herman van Rompuy; así como la nueva figura de la Alta Representante de Política Exterior, representada por la baronesa británica Catherine Ashton. Vidal-Quadras apostó por que se podría impulsar un reglamento que detalle las funciones de estos dos cargos, que todavía no existe. Otra de las claves conseguir aprobar el reglamento sobre seguridad y suministro de gas en primera lectura, de manera que España se adjudique este nueva normativa europea. Esto es lo que hizo Francia durante su presidencia, que consiguió sacar adelante con sólo una votación el paquete normativo clima-energía, lo que le permitió al país galo ganarse la reputación de una presidencia bien aprovechada.

España tiene grandes retos por delante. Durante su presidencia se tendrá que llegar a un acuerdo sobre la supervisión financiera en la Comisión Financiera de Finanzas (Ecofin), una negociación que no será fácil teniendo en cuenta la situación de déficit que han alcanzado algunos países. El Banco Central Europeo ya está tomando medidas al respecto, pero conseguir la estabilidad económica en Europea es, desde luego, una tarea complicada, sobre todo cuando en España la situación es todavía peor.

La presidencia española arrastrará algunos temas que ya están sobre la mesa, como la citada anteriormente supervisión financiera, el paquete farmacéutico -que controla la entrada de medicamentos falsificados-, los mecanismos para regular el turismo de órganos o la negociación de la baja maternal, hasta ahora en 14 semanas y que se quiere ampliar hasta las 18 o las 21. Esta normativa no afectaría a España, que ya cuenta con un permiso fijado en las 24 semanas. También se celebrarán durante los próximos seis meses la Comisión Especial sobre la crisis económica o la reforma de la Política Agraria Común (PAC), un tema que afecta especialmente a Andalucía.

A falta de una presentación oficial, la eurodiputada socialista María Muñiz desgranó algunas de las prioridades de España durante su mandato en Europa. Entre las iniciativas que van a presentar se encuentra una normativa para la protección de las víctimas de maltrato, un observatorio para la violencia de género o una serie de medidas para la conciliación de la vida laboral y familiar. Muñiz resaltó como retos el proceso de revisión de todas las instituciones, la consolidación del espacio "libertad, seguridad y justicia" en la Unión Europea, las nuevas competencias del Parlamento Europeo en materia de justicia e Interior y el diseño del nuevo reparto de papeles entre los actores europeos para conseguir "mayor coherencia" sin perjudicar a nadie.

A pesar de que las nuevas figuras que establece el Tratado de Lisboa (el presidente permanente y la alta representante) pueden restar cierto protagonismo a España, cumplen con el objetivo de otorgar a la UE una representación más "coherente" con los estados miembros, algo que fuentes de la Comisión Europea consideraron "urgente" si se quiere "pintar algo" en la foto internacional. Esto supondría un ayuda ya que, en algunas ocasiones, otros países como América o China se quedan "mareados" en los foros internacionales al escuchar tantas voces procedentes de la Unión.

España tiene por tanto la llave para que funcione el engranaje de la nueva maquinaria de la UE, una oportunidad para afianzar su peso en Europa.

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