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Trump quiere la pena de muerte para los traficantes de opiáceos

El presidente de EEUU, Donald Trump, tenía previsto desvelar anoche un plan para combatir la epidemia de adicción a analgésicos opiáceos en su país, que incluye un llamado a recrudecer las sentencias a los narcotraficantes y la imposición de la pena de muerte para algunos de ellos, informó el domingo la Casa Blanca.

Trump y su esposa, Melania, viajaron ayer a New Hampshire, el tercer estado con la proporción por sobredosis de opiáceos más alta del país por detrás de Virginia Occidental y Ohio, para presentar una estrategia contra el problema, que mata a 175 estadounidenses cada día.

El presidente presenta en New Hampshire su plan para combatir la adicción a analgésicos

Bajo ese plan, "el Departamento de Justicia buscará la pena de muerte contra los narcotraficantes cuando sea apropiado bajo la ley actual", adelantó la Casa Blanca en un comunicado.

En concreto, la Casa Blanca habla de quienes trafican con opiáceos, que pueden obtenerse con receta o en el mercado negro, y también con fentanilo, un analgésico que suele destinarse al tratamiento del cáncer pero que en los últimos años se ha usado por grupos criminales para aumentar la potencia de la heroína.

Además, Trump pedirá al Congreso aprobar una ley que "reduzca la cantidad mínima de drogas necesarias para invocar las sentencias mínimas obligatorias para los narcotraficantes que, a sabiendas, distribuyan ciertos opiáceos ilícitos que son letales en pequeñas dosis", indicó la Casa Blanca.

Los delitos de drogas en EEUU se juzgan actualmente de acuerdo con una ley de sentencias mínimas de 1986, que establece penas de hasta 20 años de cárcel para pequeños traficantes de drogas, y reserva la cadena perpetua para casos especialmente graves.

A comienzos de este mes, Trump ya dejó entrever que apoyaba la pena de muerte para los narcotraficantes, y según informaciones de prensa, se ha inspirado para ello en las políticas de Singapur.

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