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"Si los políticos quieren que haya guerra, la habrá"

  • La activista revela que un parlamentario keniano gana 8.000 euros al mes mientras la población sólo come una vez al día

La Premio Nobel de la Paz 2004 y ex ministra keniana Wangari Maathai considera que el consenso político es la única solución para evitar una guerra civil en Kenia.

En una entrevista con Efe, Maathai explicó que "todo dependerá de lo que quieran los políticos", al señalar que "si desean la paz no habrá problemas. Pero si quieren la guerra, tendrán la guerra".

La Premio Nobel de la Paz dijo estar a favor de un "reparto de poderes" en su país y cree que las autoridades electorales son "incompetentes".

Maathai, de 67 años, integrante del anterior Gobierno del presidente Mwai Kibaki, reelegido en los comicios del 27 de diciembre que la oposición considera fraudulentos, hizo un repaso a los desafíos que enfrenta el país a raíz de la actual crisis.

"Kenia necesita un reparto de poderes", aseguró. "No sé si los comicios fueron amañados, pero sí puedo decir que la Comisión Electoral fue incompetente y responsable de lo que ha sucedido desde entonces", agregó.

La Comisión Electoral de Kenia dio por vencedor a Kibaki. La oposición denuncia que hubo un millón de votos fraudulentos y, de momento, la crisis política en Kenia ha causado 700 muertos, según el último balance difundido ayer, y más de 250.000 desplazados.

El líder de la oposición, Raila Odinga, del Movimiento Democrático Naranja (ODM), que reclama su victoria en las urnas, "siempre ha querido el poder", señaló Maathai.

"Tendrán que repartirse el poder y crear un puesto de primer ministro para Odinga", declaró Maathai, pero ese paso significará que el líder de la oposición "estará obligado a reconocer la legitimidad de Kibaki", agregó.

"Lo que ocurre es que desgraciadamente vivimos en un sistema de castas, herencia de la época colonial", lamentó Maathai, al señalar que "tenemos una elite que controla el poder y las finanzas y el resto del país que sufre de malnutrición y analfabetismo".

La gestión mediadora entre el Gobierno y la oposición kenianas que hasta el jueves hizo en esta capital el presidente de turno de la Unión Africana (UA) y de Ghana, John Kufuor, fue innecesaria, dijo Maathai.

"Todos se conocen desde hace 30 años, incluso han trabajado juntos durante el régimen de Daniel Arap Moi", explicó Maathai. "Lo de Kufuor fue bonito pero se trató sobre todo de un gesto dedicado a la galería" .

La Premio Nobel de la Paz cree que la continuidad de la democracia en Kenia pasa por un acuerdo político que respete la Constitución y las instituciones del país.

Maathai confesó que su ambición por desarrollar una carrera política sinónimo de bienestar económico es superior al interés general. "Nadie trata de mejorar las cosas -dijo-, lo único que importa es ser parlamentario o ministro y ganar dinero".

Esta situación se ve favorecida por el sueldo de los parlamentarios, que en Kenia asciende a 8.000 euros mensuales.

"Es una vergüenza -clama Maathai-, porque hay miles de kenianos que no comen más de una vez al día, cuando logran comer una vez al día".

El otro problema de fondo, según Maathai, es que los kenianos votan por apego tribal y no por sentido común.

"Hay mucha gente que no sabe leer ni escribir. Votan a miembros de sus clanes porque creen que será bueno para sus intereses pero nadie utiliza su sufragio por conciencia política o social", explicó.

"Esa realidad explica el problema tribal que afecta a Kenia y que Odinga y Kibaki no desean reconocer", añadió Maathai.

Maathai es kikuyu, la misma etnia que Kibaki y la más numerosa del país, acusada de controlar el poder y las finanzas de Kenia desde la independencia, en 1963.

"Hemos heredado lo peor del sistema colonial británico", dijo la Premio Nobel de la Paz.

"Ya que hablamos de ingleses, me atrevo a decir que Kibaki y Odinga tienen que firmar un pacto pero me temo que no será entre caballeros, sino más bien un pacto por el poder", concluyó.

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