El resurgir de una sociedad cargada de coitocentrismo reproductivo y testosterónico es una realidad. Los niveles educativos del siglo XXI, que, por otra parte, se nos suponen, y las teorías sobre el deseo sexual y la convivencia humana, crean una escalada de descarga adrenalínica instintiva aburrida y procaz. Las nuevas generaciones, la de gente sobradamente preparada y con recursos para llegar a pensar antes con el cerebro que con los genitales, está desaprovechando una gran oportunidad de conseguir ser felices sin tener que acudir a consoladores o maquinitas de sexualidad digital. Los envases de DIU se están usando de manera poco responsable, en manos de gente poco preparada, descatalogados de fábrica, con ciertos reparos para ser lo efectivos que el proceso requeriría y sin asegurarnos a los demás ciudadanos los efectos secundarios en las semanas siguientes a la intervención. Por otra parte, la marcha atrás parece ahora la panacea. Todo el mundo habla de ella con conocimiento de causa, manejando los tiempos, reteniendo las cosquillas perineales y haciendo del coitus interruptus una nueva manera de entender las relaciones humanas. Todo acercamiento a los preámbulos y a las diferentes fases de la seducción se hace desde la premisa de ella, haciendo constar que más vale una marcha atrás a tiempo que riesgos innecesarios que después traerían consecuencias imprevisibles y eso por no hablar de la importancia que se le sigue otorgando al tamaño porque no es de recibo que aún se mida la felicidad, en función de los centímetros del varón al que se le ocurra una declaración. Y de las posturas del Kamasutra mejor ni hablar, que si la del misionero, el 69 o el 155. A cual más erótica. Nunca antes, una DIU, declaración de independencia unilateral, tuvo tanta preanestesia. Ni la marcha atrás, tanta inseminación. Al menos hay gente que gasta energía en cadenas de cubos de agua de apagafuegos en Galicia o de ayuda ante inundaciones en Jerez. Actitudes más humanas que tanta cacerolada destrozatímpanos antilibídonosas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios