Cultura

Gerundino Fernández mantiene viva la memoria de su padre como lutier

  • El menor de los cuatro hijos del constructor de guitarras, Gerundino Fernández García, tiene su taller en Huércal donde lleva cuatro años dedicado a continuar la labor de su padre

Gerundino Fernández Llamas, ayer, en su taller en su casa en Huércal de Almería.

Gerundino Fernández Llamas, ayer, en su taller en su casa en Huércal de Almería. / diego Martínez

Desde muy pequeño, Gerundino Fernández Llamas respiró en su casa el ambiente flamenco ya que su padre ha sido uno de los más grandes constructores de guitarras que ha dado Almería. Hijo de Gerundino Fernández García, a sus 43 años lleva cuatro años dedicado en cuerpo y alma a continuar la labor que desempeñó su padre.

En su casa de Huércal de Almería, ha montado su taller, donde dedica horas y horas a construir buenas guitarras. "Aunque le ayudé a mi padre y viví en ese ambiente, hace relativamente poco mi mujer me animó a continuar con la labor que hizo mi padre. Y realmente como tenía todo el material y las herramientas de mi padre, pues me animé y aquí estoy, dedicado a construir guitarras que no es una tarea nada fácil", comenta.

"Decidirme por este trabajo no fue fácil, ya que yo antes estaba centrado en la construcción, era albañil", cuenta Gerundino Fernández. "Desde el primer momento tuve claro que yo quería hacer guitarras artesanales, para continuar la línea que siempre tuvo mi padre, aparte de que mis guitarras llevan su sello". Y es que cada pieza de las guitarras de Gerundino Fernández (hijo) están realizadas con sus manos.

La mayor parte de la madera que utiliza para sus guitarras es la que tenía su padre en el taller. "Yo estoy trabajando con material que tenía mi padre en su casa, son maderas de gran calidad. La madera influye mucho en el sonido de la guitarra y luego hay una parte que pone el propio artesano", sostiene.

Muchos amigos de su padre ya conocen que Gerundino Fernández Hijo también construye guitarras. "Raimundo Amador se enteró por Facebook y me llamó para venir a verme. Estuvo en casa y me compró una guitarra".

Las guitarras de Gerundino Fernández se venden mucho en el extranjero. De hecho la última que ha vendido la ha mandado hasta Japón. "He conseguido unas guitarras que están gustando mucho y hay mucha gente interesada en ellas. Estoy contento de haber tomado esta decisión, porque dedico mucho tiempo a esta profesión".

El proceso de construcción de una guitarra es lento. "A mi una guitarra me lleva un par de meses. Me pongo a trabajar con varias a la vez, y cada día dedicó un tiempo a cada una. El resultado no es inmediato, porque vas construyendo, dando tiempo y el momento final es el más emocionante. Cuando le pones las cuerdas vives una sensación única, es como el nacimiento de un hijo", apunta el lutier.

Gerundino Fernández ha mantenido la etiqueta de su padre, aunque ha añadido la palabra 'hijo' para evitar cualquier tipo de confusión.

Este joven guitarrero está ilusionado con su profesión. "Tengo que reconocer que no me esperaba vivir con tanta intensidad esta profesión. Para mi ha sido todo un reto, siempre animado por mi esposa, Carmen Barea que desde el primer momento me animó y me dijo que no debía de dejar que se acabara la tradición como constructor de guitarras de mi padre", explicaba ayer en su taller de Huércal, el joven Gerundino Fernández.

Recientemente Gerundino Fernández Llamas ha restaurado una guitarra flamenca hecha por su padre en 1.988. "Esta guitarra es propiedad de José Gómiz y había sufrido un desperfecto hace cinco años al sufrir un golpe cuando la tenía en el estuche, y se partió por el tacón. La tuve que reforzar por dentro, algo que no es nada fácil, porque es una guitarra histórica", apunta el lutier.

Gerundino Fernández es una persona con mucho futuro como constructor de guitarras. Y es que hay muchos artistas y personas que han probado sus guitarras y han quedado fascinados con el sonido. "El 90 por ciento de las guitarras que hago son flamencas y el otro 10 por ciento son guitarras clásicas".

"Cuando acabo una guitarra llamo a mis niños, porque es un momento que no se puede describir con palabras". Gerundino Fernández Llamas continúa con la labor que hizo su padre, y que llevó siempre el nombre de Almería por el mundo a través de sus guitarras.

Gerundino Fernández Llamas es el menor de cuatro hermanos (tres hombres y una mujer). Su hermano Ramón es guitarrista en Francia. Está claro que si su padre, Gerundino Fernández García levantara la cabeza se sentiría muy orgulloso de su hijo. Este va a mantener viva la memoria de su padre, y de momento, es feliz cada mañana cuando se levanta, se instala en su taller y disfruta construyendo guitarras.

Su esposa lo ha apoyado siempre y además es una muy buena consejera. Y es que un buen día este joven decidió dejar su anterior profesión para dedicarse plenamente a construir guitarras. Ahora queda un largo camino por delante y Gerundino Fernández lo ve con optimismo, porque es feliz haciendo lo que hace.

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