Bajo el manto de la luna llena y el canto de las cigarras, Gonzalo Hernández Guarch presentó su último libro, Ibn Jaldún. La memoria de la Historia, en los evocadores jardines de la Alcazaba de Almería, acompañado por la delegada provincial de Cultura de la Junta de Andalucía, Ana Celia Soler, y por el editor de la obra, Juan Grima (Arráez Editores).

Más de doscientas personas se dieron cita a los pies de la Torre de la Vela, en donde el autor recordó que "Ibn Jaldún había paseado unos seiscientos años antes".

Ana Celia Soler comenzó el acto agradeciendo a Arráez Editores la importante labor de difusión de la cultura almeriense y el apoyo a escritores de la provincia, y recordó la figura de Jaldún, "uno de los padres de la historiografía".

Soler destacó, asimismo, que "Guarch es un enamorado de la Historia, y un especialista del mundo árabe y judío, motivos por los que ya es reconocido a nivel internacional".

El editor Juan Grima, que recorrió diversos pasajes del libro de Gonzalo Hernández Guarch, afirmó sentirse orgulloso de disfrutar del talento de este escritor barcelonés afincado en Almería: "Es un privilegio publicar una obra de Gonzalo, es algo que quería hacer desde hace mucho tiempo". También agradeció a la Junta de Andalucía su apoyo y la oportunidad de presentar la obra en la propia Alcazaba.

"El espíritu de Ibn Jaldún está, de alguna manera, hoy entre nosotros", aseguró Guarch, quien agradeció la presencia de las más de doscientas personas asistentes al acto, entre las que se encontraba el Consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía, Martín Soler, y el Concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Almería, Juan Megino.

A continuación, el escritor reivindicó la relevante figura de Ibn Jaldún, "un intelectual al que hoy acuden muchísimos filósofos, eruditos y pensadores", y afirmó que "la cultura es un mecanismo de acercamiento entre los seres humanos", en una Alcazaba que ya acariciaba la noche, entre el fulgor del azahar y las adelfas y los cánticos del agua que descendía por la piedra centenaria de las acequias árabes, testigos de la Historia.

Hernández Guarch estuvo durante un largo rato firmando ejemplares de su libro en la Alcazaba, en un lugar paradisíaco y donde se vivió una atmósfera especial. Una vez más, la publicación fue un éxito.