Cultura

El Hombre del millón de copias

Era su noche. Él lo sabía y, todos los amigos que quisieron acompañarle en la Sala Boss de Sevilla, también. Hasta allí se desplazaron, el pasado jueves, compañeros de profesión como Antonio Cortés Pantoja, Chiquetete, y su esposa, Carmen Gaona; El Marchena, Eduardo Dávila Mihura y su esposa; César y Jorge Cadaval y el marido de éste, Ken; el diestro Salvador Cortés; Carlos Vargas, a punto de comenzar sus galas de verano; Manuel Molina y Lola, su compañera; o el relaciones públicas Carlos Telmo.

Un amplio elenco de invitados vips congregados por el cariño que les une a Javier Labandón, El Arrebato, para el que su compañía discográfica quiso tirar la casa por la ventana. Algo razonable si tenemos en cuenta que el sevillano recibía el Disco de Oro por la repercusión en el mercado de su trabajo más reciente, Mundología; otro idéntico por el single del himno del Sevilla más seis Discos de Platino por las descargas digitales de la sintonía del club presidido por José María del Nido. "Presentó la propuesta junto a otras cien y la suya satisfizo a todos los integrantes del consejo de la entidad. No había color con el resto", explicaba del Nido a este periódico.

Y más aún porque, este hombre de sonrisa permanente que, hace años, cantaba mientras trabajaba en mil y una ocupaciones diferentes; este luchador incansable forjado en mil batallas artísticas, también era homenajeado por haber superado, desde el principio de su trayectoria en 2001, el millón de álbumes vendidos. "Los premios no son un objetivo sino una consecuencia", confesaba el artista una vez terminada la interpretación de algunos temas que, en directo, quiso regalar al público congregado en el acto. "No le doy más valor que el que tienen porque lo importante es poder cantarle a la gente. El único fin es subirse a un escenario".

Generoso en su entrega, El Arrebato ha logrado que, su concepto pop de la rumba, sea un género con personalidad propia algo que, el diestro Fran Rivera, amigo personal del cantante, ha podido comprobar en primera persona durante alguno de sus espectáculos. "De él destacaría su capacidad de trabajo y el arte. En sus conciertos sabe meterse a la gente en el bolsillo", afirmaba desde una esquina del local donde, como sorpresa, fue reclamado sobre el escenario para hacer entrega al homenajeado de uno de los mencionados galardones. "¡Él sí que es el mejor artista!", correspondía Labandón a su colega.

Una vez concluido el espectáculo, la fiesta continuó y, más relajado, El Arrebato -que acaba de estrenar casa en Mairena del Alcor- se reunió con sus músicos y su mujer, Rocío, para celebrar el triunfo. "Ha resultado todo perfecto. No lo voy a olvidar nunca", repetía emocionado antes de partir para perderse entre un bullicio que aguardaba a su ídolo con impaciencia. Uno de esos finales discretos para esta emocionante velada que quedará, al menos, para la historia personal de sus protagonistas.

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