El Instituto de Estudios Almerienses celebró su 32 aniversario con dos actividades en su sede, ubicada en la Plaza Julio Alfredo Egea. La primera actividad fue la inauguración de la exposición de pintura Mirando la vida de Ana Almendros Sáez y posteriormente, el impulsor del IEA en el año 1980 en su condición de diputado de cultura, José Miras Carrasco ofreció una conferencia explicando cómo surgió la idea de crear esta institución y sobre todo el espíritu de colaboración que reinó en el primer consejo del IEA, formado por personalidades del mundo de la cultura como José María Artero y el Padre Tapia.

La muestra de Almendros Sáez reunió a más de 100 personas en la sala de exposiciones del IEA. El acto estuvo presidido por el director del IEA, Rafael Leopoldo Aguilera, acompañado de Agustín Sánchez 'Garren' y la propia pintora. Almendros, nacida en Barcelona, que lleva mas de 20 años en Almería, dio las gracias a la institución por haberle permitido mostrar su obra en este gran aniversario.

Luego en el salón de actos del IEA, José Miras Carrasco habló del Ideario fundamental del IEA, siendo presentado por María Dolores García García, responsable del Departamento de Arte y Literatura del IEA. La charla de Miras Carrasco, primer alcalde democrático de Albox, y persona que promovió la creación del IEA fue muy amena, puesto que dejó bien claro el espíritu que reinaba en 1980 cuando se decide el feliz alumbramiento de una institución que ha hecho historia y que ha trabajado siempre a favor de la cultura de Almería.

Con un lleno absoluto, incluso se habilitaron sillas en la terraza de la sede de esta institución, Miras Carrasco quiso rendir también homenaje a las personas ya fallecidas que conformaron el primer consejo del IEA, entre los que estaba el editor José María Artero y el Padre Tapia. En este acto estuvieron varios jefes de Departamento del IEA, así como los hijos de Miras Carrasco y otros miembros activos del IEA.

Finalmente, Miras Carrasco recibió un recuerdo del IEA por su dedicación que recibió de manos de Rafael Leopoldo Aguilera.