Cultura

Montse Alba se recrea en sus paisajes otoñales que muestra en la galería Argar

  • La artista catalana, que lleva exponiendo muchos años en Almería, ofrece una muestra cargada de colorido

Dos años ha tardado en regresar la artista Montse Alba a Almería. Lo ha hecho de nuevo a la galería Argar, donde lleva muchos años mostrando con maestría sus pinturas. Esta catalana que se siente ante todo "española" disfruta pintando y eso se aprecia en su obra. Para ella el pintar no es un trabajo, en un gozo, es algo que va más allá de lo rutinario.

Alba es una enamorada de los bosques y nadie como ella sabe plasmar los tonos de los colores cuando el bosque esta verde o el otoño acaba de llegar. Su pintura gusta mucho, y eso se puede comprobar estos días en la galería de arte Argar, donde muestra una sensacional oferta pictórica.

Si hace dos años dejaba atónitos a todos con unos bosques otoñales que entraban por los ojos, en esta ocasión, hay que sumar esos cielos que ella sabe pintar y esas olas, que muchas veces parecen querer salirse del lienzo.

La belleza interior que posee esta artista la traslada a sus óleos. El equilibro cromático en sus obras es algo que llama poderosamente la atención, pero además, Montse Alba es consciente de que su obra emana cierto sosiego. Y es que los paisajes otoñales de Alba es algo que suele impactar con facilidad. Ella tiene muy claro que "el otoño es la estación perfecta para encontrar toda la gama de colores. La mitad de las hojas están en el suelo y la otra mistad están en los arboles".

Aparte del don que posee Montse Alba para poder pintar y hacerlo bien, esta mujer plasma en su obra sus sentimientos, su forma de amar la naturaleza, su forma de estar en el mundo. La artista vive con intensidad un atardecer, una puesta de sol, una ola que rompe en medio del mar. Todas esas emociones suelen luego salir del interior y plasmarse en una obra que en Almería tiene muchos seguidores.

Le encanta la soledad de los paisajes, de las marinas, de los cielos azulados. "La figura humana en mi obra no aparece y lo hago a conciencia, porque quiero transmitir en toda mi obra una grandiosa soledad. Si apareciese la figura humana no podría ser. Por eso aparecen esos bosques tan grandilocuentes, con una soledad pasmosa, que muchas veces se suaviza con la presencia del agua".

El color es fundamental en la obra de Montse Alba. "El pintor tiene que tener una retina muy rica en colores. Generalmente todos los que nos dedicamos a pintar sabemos apreciar unas gamas de colores muy diversa y variedad que otra persona muchas veces no llega a captar", comenta la pintora.

Alba aparte del óleo es una maestra experimentada con la espátula, lo que le permite hacer en sus trabajos una serie de empastes y transparencias muy ricas. Aunque ha hecho muchos retratos, de momento no se decanta claramente por trabajar el cuerpo humano. "En mis paisajes quiero que ellos acaparen todo el espectáculo que supone, toda la grandiosidad, me estorban los cables de teléfono y los coches en mis paisajes".

Montse Alba pinta todos los días. "Lo necesito, sobre todo, aunque hay días que si surge otra cosa no puedo. Ahora cuido a mi madre que tiene 95 años y tiene sus achaques. Pero vamos pinto por las tardes, porque en mi estudio doy unas clases especiales para muy pocas personas y pinto. Yo suelo pintar en mi estudio. Suelo salir al campo y tomo mis apuntes, pero yo no puedo pintar en la calle. Yo pinto en estudio", comenta Alba.

Quedan pocos días para disfrutar de una obra excepcional de Montse Alba en la galería Argar. Es una obra que hay que visitar sin prisas y disfrutarla poco a poco, para sacarle el sabor.

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