Otra de las citas más esperadas de la decimotercera edición del Festival Alamar era la del virtuoso violinista romaní Roby Lakatos, que volvía tras dejar maravillado al público a su paso por la capital en 2005. El artista y su grupo ofrecieron el viernes un concierto espectacular en el que una vez más los almerienses pudieron disfrutar del que es considerado como uno de los mejores músicos de todo el mundo.

Y el puesto no le viene nada grande. Los más de mil asistentes en la Plaza Vieja lo comprobaron con la hora y media de concierto que ofreció Lakatos. Además de su violín, le acompañaban otro más, un bajo, una guitarra, un contrabajo, un excelente piano y el más destacado de todos sus instrumentos, el que le da ese toque diferente y esa seña de identidad, el címbalo húngaro.

Su música, mezcla de jazz y la música zíngara, típica del folclore húngaro, hizo las delicias de los asistentes. Todo acompañado de unas hermosas melodías y la asombrosa manera con la que Roby Lakatos toca su violín.

Roby Lakatos no sólo es un virtuoso, sino un músico de una versatilidad estilística extraordinaria. Se refieren a él como violinista gitano o "el violinista del diablo", un virtuoso de la clásica, un improvisador de jazz, compositor y arreglista, y una vuelta del siglo 19, y él es en realidad todas estas cosas a la vez. Él es el tipo de músico universal, rara vez se encuentra en nuestro tiempo un intérprete cuya fuerza como se deriva de sus actividades como improvisador y compositor. Ha actuado en las grandes salas y festivales de Europa, Asia y América.

Ayer dijo adiós el Festival Alamar con la actuación de Global Warning, un grupo formado a partir de dos bandas de reggae procedentes de España y Francia y un afamado DJ de Reino Unido. El teclista es y vive en Almería. Ritmos actuales y muy movidos para decir adiós a esta edición del festival que cada año convierte a Almería en el centro de todas las culturas del mundo.