Cultura

Salma Hayek sienta cabeza con el padre de su hija

La actriz con las curvas más poderosas de Hollywood, Salma Hayek, ha contraído matrimonio con su novio, el multimillonario francés François-Henri Pinault, después de que la pareja anunciara su ruptura hace tan sólo siete meses.

La boda civil, según comenta la revista francesa Le Point -de lo que luego se ha hecho eco en España la agencia Efe-, la ofició el teniente de alcalde del distrito seis de París. Aparte de este dato, poco más ha trascendido de la celebración, salvo que se desarrolló en la más completa intimidad.

El día para darse el 'sí, quiero' no podía ser más romántico: el pasado sábado, coincidiendo con San Valentín. Ello, unido a que la hija de ambos, de casi año y medio, se llama precisamente Valentina y era, por tanto, su santo, convertían a esta jornada en la idónea para, aprovechando el quiebro a la prensa con motivo del todavía reciente anuncio de su separación, consolidar de una vez por todas su relación.

A pesar de los dimes y diretes, dicen que los amores reñidos son los más queridos y, de momento, así ha sido. El empresario francés,de 46 años, cuatro años mayor que la intérprete, ha sido el único capaz de retirar de la circulación a una de las solteras de oro más exuberantes y codiciadas del panorama cinematográfico. Más de uno lo habrá intentado antes pero la mexicana no se ha decidido a dar este importante paso hasta que no ha sido con el padre de su primera y única hija, nacida en septiembre de 2007.

El tiempo confirmará si el matrimonio sirve para dar cerrojazo a las dudas y peleas de esta pareja o, por el contrario, termina haciendo añicos una relación que siempre ha pecado de tormentosa.

Los recién casados se conocieron en Venecia en el año 2006 y tan sólo once meses más tarde anunciaron su intención de casarse. Luego llegó su primera hija, tercera para el francés, que es padre de otros dos hijos nacidos de un matrimonio anterior.

Todo parecía cuadrar con los planes de boda cuando sorpresivamente, el último verano, rompieron su relación. Es más, la actriz llegó a decir que nunca más volvería a plantearse una boda con el magnate francés. "Si me caso, lo haría solamente por la fiesta", dijo literalmente en un comunicado emitido en julio.

Tras la pataleta de Hayek, las aguas volvieron a su cauce oficialmente en diciembre, cuando ambos fueron vistos muy enamorados en el Festival de Cine de Dubai. Todo hace sospechar que la crisis fue resolviéndose poco a poco y que a ello contribuyeron de forma notable dos románticas escapadas realizadas a partir de septiembre de las que se hizo eco en su día la revista People.

Al mes siguiente, de hecho, fueron vistos por primera vez de nuevo juntos en Rennes, Francia, ciudad natal de Pinault para ver un partido de fútbol del equipo del que es propietario el rico francés.

El heredero del grupo de lujo PPR, propietario entre otras de las firmas Gucci, Yves Saint Laurent, Balenciaga y Puma, parece ahora haber conquistado definitivamente el dubitativo corazón de Salma hasta el punto de que ambos han decidido dar el paso que llevaban prorrogando desde hace varios meses, el de sellar su relación con una boda.

En cambio, son muchas voces las que se han levantado ahora en los medios de comunicación para augurar un corto paseo a este matrimonio que acaba de echar a andar. El tiempo es el único que dará o quitará la razón.

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