CRÍTICA 'LES COMBATTANTS'

Soldaditos de Francia

Les combattants. Drama, Francia, 2014, 98 min. Dirección: Thomas Cailley. Guión: T. Cailley y Claude Le Pape. Fotografía: David Cailley. Música: Deshaies, Flairs y Rault. Intérpretes: Adèle Haenel, Kévin Azaïs, William Lebgill, Brigitte Rouän, Thibaut Berducat. Cine: Al-Ándalus Bormujos.

El primer largo de Thomas Cailley, premiado en Cannes y en los César, nos trae una interesante torsión del relato realista por el camino de la fábula y los apuntes de género (en una extraña alianza entre bélico, romántico e incluso filme de desastres) para escrutar un cierto espíritu generacional de la mano de dos jóvenes de provincias que emprenden un particular viaje de iniciación y catarsis.

Plagada de sugerentes imágenes de la crueldad (nuestra protagonista bebe literalmente zumo de sardina recién licuada) y con un potente subtexto donde conviven la ironía, la animalidad y las resonancias bíblicas (de Adán y Eva al Apocalipsis), Les combattants se arroja a una poderosa dinámica narrativa que progresa en las etapas de un trayecto físico de disciplina y marcialidad en la que la mujer (deslumbrante y marmórea Adèle Haenel) asume ahora el rol endurecido y seco de una dialéctica de los géneros que, a la postre, también forma parte de un enrevesado camino hacia el amor y pasión de los cuerpos en plena naturaleza.

Combatientes sin batalla a la vista, huérfanos desheredados de la crisis, nuestros dos protagonistas pudieran ser también trasunto de una juventud (blanca) sin referentes, asideros morales ni rumbo cierto, en otra posible lectura de un filme mucho más rico de lo que su apariencia de aventura juvenil veraniega pudiera hacer pensar.

Instalados así en un terreno de símbolos, metáforas y dobles lecturas que se abren paso a ritmo firme, colocados a reveladora distancia por una banda sonora de música electrónica, cómplices de una aventura incierta hacia el autodescubrimiento, podemos palpar en esta ópera prima una densidad y una madurez, un humor sutil, impropios de un debutante del que se pueden esperar grandes cosas.

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