María Lafuente representa la alegría de Cibeles. Año tras año ha subido a la pasarela madrileña diseños para una mujer delicada y elegante. Estos cuatro años que lleva luchando por hacerse un hueco entre los más in del diseño nacional, la han convertido en una creadora de culto, sobre todo entre las más jóvenes, que encuentran en ella el toque rebelde del que a veces se olvida el prêt-à-porter. ¿Quién dijo que el tiempo de las hippies ya había pasado? A continuación, descubrirán cómo se despliega su nueva era de la mano de esta leonesa.

-El arte parece una constante en sus colecciones, donde se pueden apreciar guiños a Escher, Klimt e incluso al Art Decó. ¿Qué encuentra en la pintura para que le sirva de inspiración cada temporada?

-El arte es una fuente inagotable de inspiración, así como también lo es todo lo que me rodea. En anteriores colecciones me he dejado seducir por el matemático y artista Escher. Muchas piezas de su obra son un reflejo onírico de las matemáticas con el fin de conseguir efectos imposibles. Sin embargo, Mantis, nació de mi admiración por la belleza natural de las mariposas y otros insectos. Quiero decir con esto, que las musas están por todas partes, sólo hay que saber escucharlas.

-Esta primavera están pegando muy fuerte los vestidos estampados pictóricos, como los que ha presentado la firma Dolce & Gabbana. Sin embargo usted ya había introducido angelotes renacentistas en sus faldas, varias colecciones atrás. ¿Las grandes firmas también plagian?

-Las inspiraciones en la mayoría de los diseñadores son universales, por lo que puedes coincidir con otros compañeros en el diseño, independientemente del lugar donde se realice.

-Una de las claves de sus colecciones es la producción artesanal. ¿Es usted de las que reclaman una vuelta a la calidad de lo tradicional?

-El valor añadido de una prenda con trabajo artesanal es esencial para mí. Por eso usamos sedas tratadas a mano y grecas de lana, que le dan un toque especial a las colecciones. Así logramos que nuestras clientas se sientan cómodas y marquen la diferencia, lo cual es un lujo en los tiempos que corren.

-Recientemente ha sido galardonada con el Premio Internacional de Alta Costura en la Pasarela de Miami. ¿Una diseñadora española necesita salir fuera para ser reconocida profesionalmente?

-Es siempre positivo y necesario viajar a otros países para evolucionar, vender en otros mercados extranjeros e ir creando marca internacionalmente. El reconocimiento en la moda no basta con que se reduzca al ámbito nacional.

-Si echa un vistazo a su alrededor, verá que los outlets proliferan por encima de las tiendas de marca. Teniendo esto en cuenta, ¿cómo ve la situación del mercado en España?

-Es cierto que se está produciendo esa tendencia. Por eso hay que buscar nuevos mercados. China, Rusia, India y los países árabes tienen un poder adquisitivo altísimo y están ansiosos por descubrir nuevos productos. Nuestra moda debe dirigirse hacia ellos. Yo misma empecé en París y ahí encontré mis primeros clientes internacionales.

-Incluso las fashion victims reconocen que una cosa es la pasarela y otra, la vertiente comercial. ¿Su ropa es ponible?

-Yo creo que sí, de hecho, es la única que utilizo. El secreto está en tratar de compaginar el aspecto creativo con el pragmático, aunque no es sencillo. Cuando pienso una colección, tengo muy claro que quiero venderla, y para eso hay que pensar en el público que después la llevará.

-Ha compartido pasarela con Juana Martín, con quien tiene en común el empleo de tejidos sensuales y vaporosos. ¿Qué opina del trabajo de esta andaluza?

-Es una compañera que puede presumir de realizar un trabajo muy bien hecho y con personalidad, además de emplear muy buenas materias primas.

-Helen Lindes, Marisa jara y Manuel Quijano han participado en alguno de sus desfiles. ¿Por qué los escogió como imagen de su marca?

-Tengo una razón de peso para contar con ellos: A veces es posible compartir el trabajo con los amigos.

-¿Qué tipo de mujer es su público objetivo?

-Apuesto por una mujer rebelde y femenina.