Cultura

Los avatares de un viaje de estudios a Marruecos en 1946 con Celia Viñas

  • El Archivo Histórico expone la redacción de un alumno que participó en esa excursión

La delegada de Cultura, Isabel Arévalo, presentó ayer el denominado Documento del Mes, acompañada por la directora del Archivo Histórico Provincial, María Luisa Andrés y por Pedro Asensio, escritor y economista, que amplió la investigación que está realizando para su próxima novela.

El documento seleccionado en esta ocasión es la memoria de la Excursión al Marruecos Español, escrita por un estudiante de bachillerato en julio de 1946. Isabel Arévalo destacó el valor que esta redacción tiene como documento, tanto por la información que aporta como por las fotografías que adjunta y la precisa exposición del relato.

Según Pedro Asensio la citada memoria "constituye un valioso testimonio documental sobre una de las actividades extra académicas más singulares y sorprendentes desarrolladas por el Instituto de Almería, en aquellos difíciles y azarosos años cuarenta".

El trabajo de este alumno ofrece una presentación muy cuidada, con encuadernación de tapas duras o cartoné y una escritura manual clara. A lo largo de sus páginas se insertan fotografías que contribuyen a ilustrar los diferentes pasajes y jornadas de la expedición almeriense.

El Instituto de Bachillerato, único en toda la provincia, se ubicaba en el antiguo convento de los Dominicos, actual Escuela de Artes. En el curso 1945-46, el centro contaba con 1.505 alumnos y en sus aulas impartían clases "personajes tan señalados -indica Asensio- en la historia de Almería como la catedrática de Lengua y Literatura, Celia Viñas (jefa de estudios desde finales de 1944) o el catedrático de Ciencias Naturales, Ignacio Cubillas; el que fue director espiritual y posteriormente vicario de la diócesis, Andrés Pérez Molina o el director y catedrático de Matemáticas, Francisco Sainz".

Asensio explicó que organizar una expedición como la que se expone en esta memoria "no debía de resultar una tarea sencilla y que "muy pocos eran los alumnos que podían permitirse el lujo de salir de viaje cuando a sus familias apenas les llegaba para comprar material escolar, calzarse unos zapatos o incluso cenar. Y aun disponiendo de recursos económicos, no todos los estudiantes podían inscribirse en esos viajes".

También indicó el escritor que, en este viaje de 1946, la complejidad logística residía en obtener los visados por parte del Alto Comisariado, máxima autoridad administrativa del Protectorado Español. "Recordemos -ha indicado- que el régimen jurídico del Marruecos español se remonta al Real Decreto de 1913, por el que España asentaba una administración dual, compartida con la marroquí, al frente de la cual existía un delegado del Sultán, el Jaliva, y el Alto Comisariado.

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