Cultura

La escena española de luto por la muerte de Carlos Larrañaga

  • El actor barcelonés, de 75 años, sufrió un fracaso cardiaco irreversible en una clínica de Benalmádena en la que ingresó el 20 de agosto por una descompensación

El actor barcelonés Carlos Larrañaga murió en la tarde del jueves en la clínica privada Xanit Internacional de la localidad malagueña de Benalmádena a los 75 años, como consecuencia de un "fracaso cardiaco irreversible", según un comunicado del citado centro sanitario, donde el intérprete estuvo acompañado por su familia. El actor, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, había sido ingresado el 20 de agosto por una "descompensación cardiaca" en ese mismo centro sanitario, donde fue operado el 9 de enero de un tumor en las vías urinarias del que tuvo que ser intervenido en una segunda ocasión. "Aunque inicialmente su situación clínica fue estabilizada, el agravamiento de su función cardiorespiratoria, provocó un fracaso cardiaco irreversible", explicaba la nota de la clínica.

Larrañaga, uno de los grandes galanes españoles del cine y del teatro, fue hijo de actores (Pedro Larrañaga y María Fernanda Ladrón de Guevara), hermano (Amparo Rivelles), padre (Luis y Amparo), suegro (Maribel Verdú) y pareja de intérpretes (María Luisa Merlo, Ana Diosdado, Ana Escribano), y siempre, durante sus 75 años de vida, un conquistador vocacional, adorado por el público desde que puso ojitos en su primer filme, Alma de Dios, cuando contaba tan sólo 4 años. A los 10 intervino en Serenata española, que protagonizaba su hermana Amparo. Primeros pasosde una carrera en la que ejerció de galán completo, no sólo por su potente atractivo y su gran fotogenia, sino porque también desplegó su talento en todos los medios, en los que hizo de malo y de bueno, de duque y de siervo, de hijo y de abuelo, pero siempre, siempre, seductor. Con una lista de ligues casi tan larga como la de sus trabajos en teatro, televisión y cine, Larrañaga solía decir que cuando era joven gustaba a las mujeres y fastidiaba a los hombres, pero que con la edad ya "sólo" les resultaba "atractivo" a las señoras y simpático a los maridos. Eso le hacía gracia porque -presumía, coqueto- había sabido envejecer "con inteligencia y sentido del humor", aunque detestaba que se conociesen sus "flaquezas". "Yo ya no jodo, molesto", decía riéndose de sí mismo.

Si algo le hizo popular, y muy querido, fue la serie Farmacia de guardia, aunque la más importante para él fue Los gozos y las sombras, a pesar de su "odioso" papel porque, como le gustaba recordar, en un momento en el que no existían aún las televisiones privadas, tuvo una audiencia de unos 14 millones de personas. Pero éstos son sólo dos de los numerosísimos trabajos que realizó un actor que se prodigó en el cine, el teatro y la televisión.

Ha llegado un ángel (1961) junto a Marisol; El extraño viaje (1964), de Fernando Fernán Gómez; o Las verdes praderas (1979) y Luz de domingo (2007), ambas de José Luis Garci, son algunas de las muchas películas en las que participó. Su último papel en el cine llegó a comienzos de 2011 con Los muertos no se tocan, nene, la cinta con guión de Rafael Azcona y dirigida por José Luis García Sánchez, en la que encarnó a un médico de provincias, uno de esos papeles que bordaba con una retranca e ironía.

Actor versátil y completo, también trabajó en el teatro, donde debutó en 1950 en El último concierto. En TVE trabajó en series como Los desastres de la guerra (1981), Goya (1985), La huella del crimen (1986) o El séptimo cielo (1989). Después participó en series como Señor alcalde (1998), Un hombre solo (1999) o Gran reserva (2011).

Larrañaga estuvo casado tres veces, la última con la actriz Ana Escribano, con la que contrajo matrimonio en 2006 y de la que se separó cuatro años después. Su primera esposa fue la actriz María Luisa Merlo, de 1959 a 1977. Después estuvo unido a Ana Diosdado (1979-1999), con la que no llegó a casarse, y entre 2000 y 2006 con María Teresa Ortiz-Bau.

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