Cultura

Los fans de Sabina viven un concierto insuperable

  • El cantante estuvo anoche dos horas y media cantando sobre el escenario del Teatro Auditorio de Roquetas de Mar

Noche mágica de canciones, donde Joaquín Sabina se entregó por completo a sus fans en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar. Desde el primer momento, el artista se metió al público en el bolsillo. No cabía un alfiler en un Auditorio que siempre le da suerte al cantautor jiennense.

Unas 1.500 personas entonaron muchas de las canciones de Sabina, sobre todo las más conocidas de discos anteriores. No obstante, Sabina ofreció un amplio repertorio, donde cantó los temas de su último trabajo, que lleva tres semanas en la calle, Vinagre y rosas y también hizo canciones que se han convertido en símbolos en la música española.

Minutos después de las diez de la noche, los grandes músicos que acompañan al cantante empezaban a salir al escenario, con las luces apagadas. En esta gira, hay que destacar que hay una nueva componente. Se trata de Marita Barros que sustituye a Olga Román, en los coros.

El Teatro Auditorio aplaudía cuando apareció Sabina con esa figura esbelta, muchas veces con apariencia quijotesca sobre las tablas.  Con un traje de chaqueta negro, camisa del mismo color y   bombín, Sabina comenzó una actuación que duraría unas dos horas y media.

El cantante de Úbeda comenzó su recital con canciones de su ultimo disco Vinagre y Rosas, como Tiramisú de Limón, Viudita de Clicquot o Parte meteorológico. Llegó el momento del saludo, y lo hizo desde el escenario que simulaba una azotea, con una antena de televisión, dos especies de chimeneas curvadas y un fondo de paisaje urbano. Se mostró encantado de volver a Roquetas de Mar, un lugar de buenos recuerdos y que siempre le  ha dado mucha suerte.

Pero donde sus admiradores pudieron dar rienda suelta a sus años y años transparentes de devoción fue con "las otras" canciones, como las llamó él, no las nuevas. Canciones como Aves de paso, El Bulevar de los sueños rotos o Llueve sobre mojado.

 Del material nuevo, destaca Agua pasada, una de esas canciones de desamor con el típico sello sabiniano y con cuyos versos se puede identificar el común de los mortales, o Cristales de Bohemia, con un escueto arreglo de piano y acordeón.

Tras esta última, apareció en escena Mara, la nueva corista que sustituye a Olga Román, vestida de lumi y apoyada en una farola, para cantar a dúo con Sabina La Magdalena. Y en la recta final clásicos como Peces de ciudad, Nos sobran los motivos, Calle Melancolía o  Princesa provocaron el previsible delirio de la concurrencia.

Los músicos cambiaban de instrumento, lo mismo tocaban el acordeón que la flauta travesera, la guitarra que la mandolina. Sabina los presentó uno a uno: Jaime Asúa Chiquito de Amorebieta, Antonio García de Diego El timonel de la nave, Pedro Barceló "Camarón y BB King morirían por su toque" y Marita Barros, la nueva.

Tras despedirse del público volvió al escenario para interpretar  Vinagre y rosas, una ranchera de factura discreta, Noches de boda y, cómo no, Y nos dieron las diez. El público insistió pidiendo más canciones.

Así hasta prácticamente las doce y media de la noche, cuando acabó con grandes éxitos como La del pirata cojo, Contigo y cerraba con Pastillas para no soñar. Sabina se despedía de Roquetas, aunque no descarta volver, porque grandes giras no piensa hacer, pero si volverá de gira a los teatros.  El público salió fascinado de un concierto intenso, muy dinámico y donde fue tan bueno que se pasó demasiado rápido. Hoy miércoles, Sabina ofrece su segundo concierto en Roquetas de Mar. Y pensar que el cantante quiso haber iniciado su gira en Roquetas, pero al final no pudo ser.  Si Sabina diera cinco concierto seguidos en Roquetas, cinco veces que se llenaría el Teatro Auditorio hasta arriba.

Y es que Sabina es mucho Sabina, y es un artista que aunque han pasado los años tiene carisma y su música gusta a públicos de diferentes edades.

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