Cultura

"Me gusta mucho la comedia y es donde más a gusto me siento"

  • El actor madrileño acompañado de Ramón Langa representa esta noche a partir de las 22 horas la obra 'Aquí un amigo' en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar

Lleva muchos años dedicado al teatro, oficio del cual es un maestro. Perteneció a una generación de actores irrepetible y ahora en plena madurez vive un momento importante en su vida, puesto que ahora puede elegir lo que hace. Por primera vez interpreta y dirige una obra de teatro. Se trata de Aquí un amigo que representa esta noche junto a Ramón Langa en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar (22 horas).

- ¿Le ha costado mucho trabajo el alternar la faceta de ser director y actor a la vez en la obra Aquí un amigo?

- Me ha costado mucho trabajo la verdad. Yo había dirigido antes pero nunca había hecho ambas cosas a la vez, con lo cual el problema es el desdoblamiento. He tenido que invertir el proceso, ya que normalmente cuando un actor tiene un texto lo lee y lo trabaja y construye el personaje sobre la marcha. En este caso yo he tenido que llegar con el personaje construido antes de empezar, para atender a los demás. Ha sido muy gratificante porque esta función está montada desde la meticulosidad, como una pieza de relojería.

- Usted es actor y lleva toda su vida dedicado a ello. Imagino que congratula dirigir una obra, pero en el fondo, usted es una persona que está dedicado a interpretar.

- A estas alturas de mi vida yo no diferencio lo que pueden ser las facetas de un hombre del teatro. Yo me considero un hombre de teatro y me gusta el teatro y todos sus entresijos, desde poner un decorado hasta poner unas luces.

- ¿Qué es lo más difícil que tiene esta obra?

- Yo tenía unas dudas tremendas pero afortunadamente lo comprobamos en el estreno en Cádiz que la obra tiene ritmo. Me preocupaba que no tuviera ritmo. La función no tiene interrupción y tiene un gran ritmo, a veces detenido por las carcajadas del público.

- El hecho de que usted haya interpretado en la mayoría de los casos papeles dramáticos, no ha sido problema para interpretar esta comedia.

- A mi lo que más me gusta es la comedia, y es donde más a gusto me siento. Curiosamente se me ha encasillado, palabra que odio, en papeles dramáticos, pero haciendo comedias me siento como pez en el agua.

- La gente del teatro tiene claro que la comedia es lo más complicado que hay a la hora de interpretar.

-Es lo más complicado, sin duda. Yo conozco a grandes actores de la comedia que han realizado papeles inolvidables.

- ¿Cómo funciona en el teatro la pareja entre usted y Ramón Langa?

- No conocía personalmente a Ramón, aunque lo había visto y oído porque su voz es inconfundible, cuando dobla a Bruce Willis en la Jungla de Cristal. Lo había visto en teatro y cuando leí esta función pensé que era un papel idóneo para él. Me enorgullece el comprobar que hace un trabajo maravilloso. Y luego hay otra cosa muy importante, y es que como compañero, es excepcional. Es muy generoso, lo cual es muy importante. Cuando pensaba en el reparto me planteé dos cosas. Una contar con buenos actores y afortunadamente los he conseguido y después gente estupenda, con la que tienes que convivir y también lo he conseguido.

- ¿Es fácil hacer teatro hoy en día?

- Es difícil, pero siempre lo ha sido. Curiosamente, ahora hay entre ocho y diez cadenas de televisión, está todo mucho más diversificado, y, curiosamente, hay más paro que antes. Los actores jóvenes de ahora no lo tienen más fácil que los de antes. Hay que tirar por la calle de en medio. Yo sé que el teatro es mucho más incómodo que la televisión. Yo siempre digo que hacer una función es amar al teatro y dos, odiarlo.

- Lleva usted muchos años dedicado al teatro. ¿No se cansa?

- No para nada. El día que me cansé me iré. También tengo que decir que cada función es distinta y cada público es distinto. En una función siempre ocurre algo.

- ¿Qué es lo más insólito que le ha ocurrido sobre un escenario?

- Pues desde pisarle el traje a una actriz y dejarla desnuda sin querer, por supuesto, hasta que se mueva un mueble solo y arrastre a un carro con botellas de bebida y caiga en el patio de butacas entre el público. También recuerdo que en 1982 con la obra Vamos a contar mentiras de Alfonso Paso un actor tenía que entrar por la puerta. Esa puerta tenía un cerrojo falso, pero se averió y nadie podía ni entrar ni salir del escenario. Ese actor que pesaba más de 100 kilos embistió contra la puerta y arrastró a dicha puerta y todo el panel del decorado. La acción siguió y el público pensó que aquello formaba parte de la obra.

- Realmente hay que tener mucha vocación para subirse todos los días a las tablas.

- Todo cansa, aunque te guste. Esta es una profesión con una vocación brutal y nadie nos obliga a subir a un escenario.

- El teatro suele llegar más que la televisión, aunque esta dé más popularidad.

- A mi me gusta más el teatro. La popularidad de la televisión es la colleja en el hombro y decirte colega te vi el otro día en un programa, mientras que la popularidad del teatro es que un señor te diga don Jaime fírmeme un autógrafo. Es algo muy distinto.

- Usted forma parte de un grupo de actores que se hicieron muy grandes haciendo aquellos Estudio 1 en televisión.

- Así eso, donde estaba Osinaga, Manuel Galiana, Luis Varela, Juan Diego. Nos formamos en aquellos Estudio 1, donde encontramos magníficos realizadores en su mayoría, y por supuesto unos actores que nos enseñaban mucho como eran Bódalo, Puente, Fernando Delgado, Rodero, Luis Prendes, Ismael Merlo. Eso es impagable.

- ¿Aquello no se podría recuperar para la televisión actual?

- En este momento no hay ni realizadores ni actores que sean capaces de hacer 15 folios seguidos de un tirón.

- Usted hizo cine en su momento y luego se aparta.

- No echo de menos hacer cine. El cine es algo así como si tuviera el coche aparcado en doble fila, que un día vendrá la grúa y se lo llevará. Lo veo como espectador y asisto un poco al paso del cine. Hará tres o cuatro años que no hago cine y me han llamado para algunas cosas pero no me han convencido. Con los años uno se gana dos derechos: uno el decir lo que piensa y otro, el hacer un poco lo que quiere.

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