Cultura

"Los lugares te suelen enamorar en función de la gente que conoces"

  • Este gran narrador que posee una casa en Garrucha, estuvo ayer firmando ejemplares de sus libros en Librería Sintagma en la Feria del Libro de Almería

Es un excepcional periodista, profesión de la que se encuentra algo alejado después de haberse dedicado en los últimos años a viajar y a escribir libros. Hace más de 20 años que tiene una casa en Garrucha, pueblo donde encontró un día la tranquilidad. Ayer estuvo en la Feria del Libro de Almería y firmó libros en la Librería Sintagma.

- ¿Lleva muchos dedicado a los libros de viajes?

- En septiembre del año 1996 presenté mi primer libro y desde entonces no he parado. Para escribir este tipo de libros es conveniente viajar.

- Ha escrito de muchos continentes, pero por África parece que tiene una especial predilección.

- Sobre África he escrito tres libros de viaje, he escrito una novela que no se ha publicado en una editorial de venta al público sino que se hizo una edición no venal por Círculo de Lectores y también hice una biografía de Pedro Páez, un español que fue el primer europeo en llegar a las fuentes del Nilo Azul.

- Sus libros de viajes se caracterizan porque son fáciles de leer.

- Es mucho más difícil escribir de forma fácil que hacerlo de forma complicada. Escribir complicado lo hace cualquiera, sin embargo, depurar un texto para que resulte fácil a todo el mundo es muy difícil. En ese sentido, se parece mucho al periodismo, puesto que si este no comunica, no es nada.

- ¿Qué publicación de viajes está preparando ahora?

- En septiembre sale un nuevo libro de viajes sobre el yukón de Canadá y Alaska. El Yukón es el gran río de Alaska y Canadá y es un viaje que hice hace unos tres años. Se va a llamar 'El río de la luz' y lo presento el 30 de septiembre en Madrid.

- Usted que ha ejercido durante muchos años el periodismo, cómo ve la profesión.

- El periodismo ha cambiado mucho. El gran periodismo ha sido siempre para mi el reportaje. Las grandes empresas periodísticas han olvidado el reportaje y el enfoque lo han dirigido hacia otras cosas. Ahora cuando abres un periódico ya no cuentan historias, solo te encuentras opiniones, noticias que se dan en ruedas de prensa, mucho espectáculo, muchas noticias del corazón, pero no se cuentan historias humanas, historias sobre la vida. Una de las razones por las que el periodismo está muriendo, aparte de la crisis, es que no llegan al lector, porque carecen de historias en sus páginas.

- ¿Pero usted cree que los periódicos en papel tienen los días contados?

- Las nuevas tecnologías está claro que han ejercido un cambio importante en el periodismo. Ahora bien, la razón de ser del periodismo como de la literatura jamás desaparecerá, porque en un momento concreto lo importante es el fondo, no el soporte. Mientras haya un periodista habrá periodismo y mientras haya un poeta habrá poesía. En España, pasa una cosa curiosa, y es que cuando un buen periodista es un buen reportero y hace un buen trabajo le pagan muy mal. Tanto es así, que cuando pasa el tiempo y ese periodista tiene otras necesidades, se tiene que hacer jefe, con lo cual se pierde a un gran reportero y se gana a un mal jefe. El periodismo español está así, apenas hay gente que patee las calles y todo el mundo se concentra en las redacciones.

- Ha habido algún país que le haya cautivado tanto como para quedarse a vivir en él.

- Cuando uno es viajero te haces a no vivir en ninguna parte. Viajando me he hecho un culo de mal asiento. En el viajero hay un anhelo de encontrar ese sitio que siempre has soñado, pero luego te das cuenta que realmente no existe. Es cierto que quedas fascinado en los viajes con los paisajes, también hay sitios donde el clima es algo que influye a que el lugar guste mucho. Al final, todos los lugares te enamoran en función de la gente que conoces.

- De momento un lugar ideal para usted es Garrucha donde tiene una casa.

- Ya no. Durante muchos años fue uno de esos lugares donde contaba con muchos amigos, donde pescaba, el clima me gustaba y sobre todo había un estupendo equilibrio entre cultura y progreso. Para mi si el tiempo se hubiera detenido en el Mediterráneo, en Garrucha y en Almería en los años 80 cuando ya no había pobreza hubiera sido el momento ideal. Pero sucedió que vino la locura de la construcción y sobre todo la perversión del pensamiento y todos quisieron hacerse ricos en poco tiempo. Llegó un momento que la gente de la calle solo te hablaba de dinero y el dinero no tiene conversación. Todo hizo que se olvidaran una serie de valores y tradiciones. Eso hizo que dejara de venir a Garrucha, aunque tengo allí mi casa.

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