Cultura

"Los malos vicios, como el amor por los cuentos, son difíciles de erradicar"

  • La escritora, que acaba de publicar el libro de cuentos 'El trabajo os hará libres' participa en un Encuentro Literario organizado por Librería Sintagma hoy a las 21 horas en el Hotel Victoria de El Ejido

El VI Ciclo de Encuentros Literarios continúa con una de las máximas estrellas de la literatura española: Espido Freire. El trabajo os hará libres es su nuevo libro, es el título del lema que presidía la puerta de entrada al campo de exterminio nazi de Auschwitz. La escritora ha reunido en este volumen un total de 14 cuentos, un genero que ya cultivó en otros libros. El Encuentro que organiza la Librería Sintagma será hoy miércoles, a las 21.00 horas en el Gran Hotel Victoria de El Ejido.

- Acaba de salir al mercado El trabajo os hará libres, un libro de cuentos. Este género literario parece que le gusta, ya que no es la primera vez que lo hace.

- Eso parece. Los malos vicios, como el amor por los cuentos, son difíciles de erradicar. Qué le vamos a hacer, seguiremos escribiendo cuentos.

- El libro recoge 14 cuentos de diversas temáticas. ¿Por que se ha decidido a escribir un nuevo libro de cuentos?

- En realidad, tiene más que ver con la ordenación y la voluntad de compilar un libro de cuentos que de escribirlo. El formato es tan versátil que permite entrar, salir, abandonarlo... algo que una novela no tolera.

- El título del libro es muy llamativo y tiene una gran carga emocional. Ese lema rezaba a la entrada del campo de extermino nazi de Auschwitz. ¿Por qué ha elegido ese título?

- Hay muchas razones: el cinismo, la falsa promesa de que si se siguen las normas se puede salir con vida. Creo que de ese tiempo terrible puede aprenderse mucho. Pero nos empeñamos en no crecer, en negar pasados, en aferrarnos a esperanzas inútiles.

- La muerte vuelve a estar presente en una obra suya. En este caso se trata de cuentos. Por que esa obsesión por la muerte, Espido.

- No creo que sea una obsesión. Esta es una sociedad que niega la muerte, como niega el dolor o las realidades, y quizás por eso destaque más. La muerte es un estupendo recurso literario, pero aún así, en estos cuentos no mato tanto como podría... Aún así, quien me ha seguido sabe que el optimismo literario no se encuentra entre mis virtudes.

- ¿Qué genero literario le gustaría practicar y hasta ahora no lo ha conseguido o no se ha puesto manos a la obra?

- El guión. Tiempo al tiempo. Pero es un modo de contar historias muy distinto, y que se me resiste. Yo creo que soy principalmente una narradora para la que el juego y la participación del lector se hace esencial, y las normas en los guiones son otras.

- Usted siempre fue una chica distinta desde pequeña porque sacaba buenas notas y encima se puso a escribir muy pronto. ¿Se considera una mujer superdotada?

- Bueno, las notas importaban menos que el hecho de ser seleccionada para una carrera musical con 11 años. Eso sí me hizo radicalmente diferente. Con 14 años cantaba en el Vaticano, dos metros por detrás de José Carreras. No sé si soy superdotada, pero sospecho que no. Soy muy curiosa, conozco bien mis defectos (soy perezosa, dispersa, tengo mala memoria) e intento compensarlos con trabajo, disciplina y constancia. No he hecho nada que otra gente que trabajara tanto como yo no conseguiría.

- A pesar de su juventud, usted tiene una producción literaria bastante extensa. De donde saca tanto tiempo e inspiración para escribir.

- No hay secretos. Horas. La inspiración se sustituye por estímulos y por estudio, y respecto al tiempo, si no se dedica tiempo al trabajo, éste no se hace solo. Los libros no están ahí, esperando... Hay que escribirlos.

- Tiene bastante facilidad para cambiar de registro, lo mismo escribe un cuento, que escribe una novela o un ensayo. ¿Cómo lo hace?

- Suena más sencillo de lo que es. Detrás hay estudio, tiempo dedicado y una evolución profesional.

- Todo indica que estudió canto porque, en principio, quería dedicarse a ello. Por que deja esa vocación temprana y se centra en su faceta como escritora.

- Ah, no, no quería dedicarme a ello. Era buena, tenía un talento natural. Eso es todo. En cuanto pude, lo dejé.

- El hecho de haber ganado el Planeta con 25 años, siendo la escritora más joven que lo conseguía le abrió muchas puertas.

- Me alegro de que eso se vea desde fuera. La realidad desde dentro fue muy distinta.

- Desde muy joven usted tenía claro que la literatura formaba parte de su vida. Hoy la considera como un trabajo o es una forma de desahogarse en la vida.

- La literatura no tiene que ver con el desahogo. Es creación, un proceso a veces complejo, pero fascinante, para contar una historia, pero esa historia no puede quedarse únicamente en el autor: hay que conocer bien al lector y bien las palabras.

- ¿Cuales han sido sus autores de cabecera en todo este tiempo?

- Casi todos los clásicos. Shakespeare, Homero, Dostoyevsky, Tolstoi, Clarín, tantos más... de todos se aprende.

- Imagino que ya estará trabajando en otras publicaciones. ¿En qué está ahora Espido?

- En nada concreto... proyectos, pero nada concreto.

- En que situación se encuentra actualmente la literatura en este país, porque libros si se editan y además muchos.

- Sí, y también se lee, y mucho. Pero no tanto como desearíamos. Ni lo que desearíamos.

- Tiene conciencia de que hay una generación de jóvenes escritores que vienen pisando muy fuerte.

- ¿Ah, sí? No. Lo cierto es que no. Veo a pocos autores por debajo de mi edad, y con mucha pena, creo que apenas hay apuesta editorial por ellos.

- Últimamente ha venido en varias ocasiones a tierras almerienses. No le inspira el Sur para escribir una novela.

- No creo en la inspiración. Pero el Sur es bello, y siempre que puedo regreso a él.

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