Cultura

La organización de las Jornadas del Siglo de Oro pide más apoyo institucional

  • Muestra su esperanza en la creación de un ente público

La representación el pasado martes en Vícar del teatro de títeres La Celestina puso punto y final a la XXVII edición de las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro de Almería que arroja un balance positivo en cuanto a la participación y actividades realizadas. La organización definió este año como "jornadas de transición" y así ha sido por las circunstancias que las han rodeado y por el escaso tiempo de preparación con el que se ha contado, pero no a juzgar por los resultados artísticos y académicos obtenidos durante el mes de celebración de este evento cultural.

El número de instituciones y entidades que conceden becas para que su alumnado asista a las Jornadas y participe en el ciclo de conferencias se ha incrementado, y ya son tres. La organización y desarrollo del ciclo de conferencias ha sido similar al de otros años y fue muy bien recibida la apuesta por investigadores jóvenes.

Las conferencias se inauguraron con dos grandes de la interpretación: Julia y Emilio Gutiérrez Caba. Las Jornadas rindieron homenaje a su familia y su visita a Almería fue un verdadero acontecimiento, así como la conversación libre mantenida con el director del Museo Nacional del Teatro, Andrés Peláez, que consiguió llevar a un público no asiduo a este tipo de actos, llenando el Aula de Cultura de Unicaja, espacio en el que se desarrolla el ciclo de conferencias.

Las actividades celebradas han sido diversas destacando las representaciones teatrales. Unas 2.700 personas han asistido a las mismas que se han celebrado en la capital, Vícar, Roquetas de Mar, Tabernas y Senés. En este sentido, la continuidad de dichas sedes debe significar la mayor presencia de estos municipios en el futuro de las Jornadas. La recuperación, por ejemplo, del teatro escolar en Almería, Roquetas y Vícar y su éxito obtenido fuerzan a los organizadores a mantener este tipo de representación. El nivel de representaciones ha sido bueno; similar al de otros años, trayendo espectáculos que, por una u otra razón, tienen calidad y son significativos en el panorama de las representaciones del teatro clásico en España.

Cabe destacar el sorprendente renacer de las compañías de títeres con experimentos arriesgados, tales como La Máquina Real y su puesta en escena de El esclavo del demonio. Su presencia era necesaria en estas jornadas. El caudal de dramaturgos andaluces, sigue en aumento, esta vez con la presencia de Simón Aguado y la representación de Los Negros puesto en escena por Axioma. Las Jornadas mantienen su carácter internacional y, para ello, este año se ha traído una commedia dell'arte que ha sido muy bien recibida por el público. Las representaciones también han salido a la calle, donde destaca el pasacalles de La Duda Teatro.

Entre la organización hay satisfacción y esperanza de que las instituciones hayan valorado el esfuerzo y los resultados, y colaboren con la creación de un ente público, con la cesión de una sede y con el impulso que se necesita para que las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro sigan creciendo y continúen siendo un símbolo de la ciudad, que se cita con el teatro clásico en cada primavera.

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