Sin ánimo de ofender al señor García… Asistió Alfonso a la cena navideña pero no a la Junta de Accionistas de la UDA, dejándole el marrón a su hija, en la que delega continuamente para bien o mal e incluso la coloca como parte innegociable de la dirección en una hipotética venta a otro grupo empresarial, sin que sepamos muchos sus méritos, amén de ser hija de su padre, con todos mis respetos -tiene también un hijo colocado al mando de la empresa, a modo de camarlengo, de presidente in pectore-. Nauzet, que vino mayor, prejubilado y con condiciones especiales en teoría favorables para todas las partes, antes de lo estipulado se vuelve a Canarias -a encarrilar su jubilación, regentar el negocio que tenía medio montado y jugar pachangas-. Con la enfermería a tope, sin visos de cubrir su baja ahora y veremos en enero, Lucas tirando de canteranos pero haciendo números para que haya siempre en el campo 7 del primer equipo -Gaspar y Pervis no cuentan tampoco-. De las lesiones hay dos que duelen más: una es la de Fran, visto por el médico del club más de una semana después de lesionarse: Ripoll no acostumbra a visitar a jugadores, sino que recibe en su solicitada consulta murciana, quizá haciendo un hueco prioritario pues la lista de espera 'normal' debe ser mínimo de un mes. Imagino que por eso Tino, veterano de guerra curtido en mil batallas, ha pasado y se ha ido a Barcelona. En fin, yo, como uno de los directivos que no falta a esas juntas desde 1989, antes incluso de que diera lugar a la actual UDA y a la llegada del señor de las alfonsadas, soy un soñador.

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