Análisis

txabi ferrero

Coincidencia únicamente de fechas

El fútbol, siempre cambiante, ofrece jornadas para el recuerdo y también para el olvido. Así, la del 19 de mayo de 2007 pertenece al grupo de días felices y recordados. Con su triunfo 3-1 sobre la SD. Ponferradina, la UDA firmó su ascenso a Primera, después de una temporada de ensueño y una larga espera de otras 28 de pesadilla y penosa travesía del desierto. La gesta fue festejada como merecía la ocasión y Almería entera, futbolera o no, se echó a la calle y expresó su alegría, gritando una y mil veces el archiconocido soniquete: 'Somos de Primera'. Este periodista era un recién llegado a la provincia, con algo más de dos años de estancia, y se felicitó por haber sido testigo directo de aquella proeza, que ya tenía precedentes en la etapa de Maguregui y se repitió después en la de Javi Gracia. Me alegré por todos y recuerdo que la casualidad me proporcionó una muy curiosa anécdota. Cuando subí al descapotable que transportaba a los nuevos héroes almerienses para saludar a Unai Emery y a Txarli Carcedo, su segundo y fiel escudero, el chófer de aquel autobús lo puso en marcha y ya no tuve tiempo de bajar. De forma involuntaria participé, así, de aquel recorrido glorioso por las calles de la capital. Pude comprobar la felicidad y la guasa de aquellos futbolistas. Acaso chisposos por las cervezas y con la bula de los triunfadores, Cisma, Valerio, Soriano o Francisco reclamaron un regalo al líder de Gial y presidente de la Comisión de Urbanismo, al cariñoso grito de 'Megino bonito, regálanos un pisito'. Tan cansado como contento, desperté resacoso el 20 de mayo. Once años después, me levanté el domingo a las seis de la mañana y junto con mi madre, emprendimos viaje a Córdoba para vivir otro día para la historia, pero la coincidencia de fechas tristemente no lo fue de emociones.

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