Queda bien cuando se le dan las gracias a quien ha estado intentándolo. Acertó en la recta final de la pasada campaña, pero en la presente ha errado. Y digo que queda bien por el buen propósito, pero nada más, porque simplemente cumplía con su obligación como entrenador remunerado. Hablo de Ramis, que anoche quedó deportivamente retratado. La lección de sobriedad, equilibrio y sensatez de Fran Fernández (ya lo hizo hace meses) sirvió para mucho. Por ejemplo, para demostrar que con orden y concierto se puede navegar sin mayor sobresalto en Segunda. El técnico interino de moda apostó por los dos laterales como demandaba cualquier aficionado que, con un mínimo criterio futbolístico, veía lo que el joven entrenador también observó. A partir de ahí la banda derecha se hizo fuerte, tanto a nivel defensivo como a la hora de la transición ofensiva. Y no fue el único acierto; la posición escalonada de Mandi y Alcaraz, con Pozo por delante, resucitó la estructura más lógica. En la delantera Gaspar por su banda y Muñoz, completaron una alineación que sabía a lo que jugaba. La ubicación de las piezas facilitó el objetivo que todo buen técnico debe perseguir, las virtudes de sus pupilos. Así, Fran Rodríguez se sintió cómodo sin sufrir en defensa, Motta demostró que es esencial en la zaga, Rubén volvió a ser el mismo que ilusionó en los albores de la temporada y Mandi y la zaga se vieron respaldados por la armonía de todas las líneas. ¿Qué provocó tanta lógica? Pues que Pozo se sintiera desahogado, sabiendo que siempre tenía un compañero muy cerca en auxilio para apoyarle, y para que el genial jugador malagueño distribuyera el juego a sus compañeros como solo él sabe hacer. Así se construye un equipo, así se ponen los cimientos del triunfo, así se pone la lógica al servicio de un juego maravilloso. Hasta Muñoz se unió a la fiesta, pese a que todavía debe aprender a desmarcarse con más astucia. Seguro que Alcaraz tomó buena nota, porque se le podrá achacar de un juego tosco, pero se le necesita para seguir practicando lo que se vio anoche: equilibrio, seriedad y orden.