Trataremos de reír. Motivos hay más para llorar pero se empeñan en divertirnos. Sabíamos que con Lucas la diversión escasearía pero lo veíamos capaz de evitar el desastre que, sin embargo, se agudiza cada semana, con rachas de partidos perdidos y no ganados. Varias derrotas consecutivas, ocho sin ganar y dos meses horribles. Aunque a cada derrota hemos podido pensar que se había tocado fondo, como en Zaragoza, la sensación es que la cosa no tenga límite. En Cádiz, tras dar ante el Sporting ese mal augurio, se salvaron los muebles y Alcaraz lanzó mensajes casi triunfalistas. Pero la UDA no dio señales ante el Albacete y menos en Zaragoza. Así, con el descenso planeando más que nunca en vísperas de recibir al Barça B, rival directo junto a Córdoba y Cultural para tratar de evitarlo, el mensaje del entrenador es que hay que ganar partidos… Eso que no hace desde febrero. Por desgracia los demás sí, como los mencionados, como el Nástic hasta ponerse fuera del alcance o como el Reus in extremis en el Carlos Belmonte.

Por si fuera poco el sesudo análisis de Alcaraz, aparece Alfonso García en Zaragoza pidiendo apoyo a la afición e incluso a la prensa, dejando entrever que a final de temporada habrá limpieza, incluyéndose. Tuvo la idea de lamentarse por las bajas y la falta de recambios, de dirigirse a las peñas indicando de nuevo cuándo hay que apoyar incondicionalmente -siempre- y cuándo protestar o criticar por lo evidente -nunca-. Con el máximo respeto y aunque ya se me va gastando, dejen de tomar el pelo. No es José Mota ni una monitora de guardería que promete a los niños caramelos pero no puede dárselos y se recrea en el sufrimiento. Esto no es el sketch del "si hay que ir se va". No está el horno para bollos y, puestos a llorar, lo suyo es de risa. Pero aquí, si hay que reírse por algo es por sus ocurrencias, aún sin pizca de gracia. Una risa nerviosa que nos vuelve a tener en vilo. Cierre al salir, haga el favor.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios