Aquella tarde hacía calor en Córdoba, pero la expulsión de Lolo Reyes nos dejó fríos, sobre todo a Soriano. Sí, estoy recordando lo de hace dos años en El Arcángel. El entonces técnico y mejor entrenador que ha tenido hasta ahora Joaquín Fernández, según las propias palabras de este, se quedó congelado y sin capacidad de reacción. Yo diría que llegó a reaccionar cuando lo mantearon en la celebración de la permanencia. Parece que fuera ayer, pero va a hacer dos años. El tiempo se detiene o eso parece: aquí seguimos en las mismas y, según lo que pase esta vez o ante el Alcorcón, podemos tener que volver a jugarnos todo en la última jornada, dentro de dos y en las mismas fechas que en 2016 pero esta vez en Lugo, con Francisco y compañía de convidados de piedra. No sé si será otra tarde tonta y caliente, lo que sí sé es que sonreír y tener alegrías por esta UDA es cada vez menos habitual. Probablemente seguiremos en 2ª pero habrá poco que celebrar. Y el 19 de junio, alguna novedad saldrá de los despachos. Uno ya no sabe que esperarse, porque si sobre el césped no están las cosas para tirar cohetes, los que gestionan desde luego que tampoco andan muy finos, salvo honrosas excepciones en una y otra parcela. Hacía calor aquel día de principios de junio. Ahora a finales de mayo parece que no tanto y raro es. Cosas del cambio climático. Aparte del clima, otras diferencias hay: esta vez sí llevamos entrenador, tan de la casa como el que más, por si fuera poco. Yo no sé a usted que me está leyendo, pero a mi Fran Fernández me representa. Y eso, tal como van pintando las cosas, es algo para valorar. Y que se quede en la memoria mucho tiempo.

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