Con promesas incumplidas como la de la Ciudad Deportiva (aún se puede ver una noticia en la web oficial en la que se afirma que "será una realidad en el segundo semestre de 2014"), Alfonso no se ha cansado de repetir la importancia de estar en la LFP. De hecho, él es el máximo culpable de que la UDA acumule 16 temporadas consecutivas en las dos máximas categorías del fútbol español, algo que anhelan otras entidades con mucha más historia. Puesta la primera rebanada del sándwich, toca el embutido, en este caso el más económico. El presidente asevera que lo importante es estar en la LFP. ¿Pero hace méritos para ello? Se lleva un lustro jugando con fuego, pero un análisis de la última temporada basta. Se acierta de pleno con la llegada de las dos incorporaciones procedentes del Girona, puesto que René y Rubén, junto a Pozo, están un escalón por encima del resto. Otro acierto es Lucas, de los mejores entrenadores que podían aterrizar en el Mediterráneo para enderezar la situación. Pero después hay otros casos flagrantes. Y, ojo, no son los propios jugadores los culpables, puesto que no es problema de actitud, sino de aptitud en muchos de ellos. Los culpables son los que fichan a un futbolista que llevaba dos años sin competir y regentando un bar, a otro que se había perdido el pasado ejercicio al estar en el dique seco y a otro que había disputado los partidos correspondientes a un curso en tres años. Los culpables son los que fichan a tres refuerzos invernales que hay que verlos. Los culpables son los que mantienen a algún que otro futbolista que quizás no haya hecho ningún ejercicio analítico de pase en categorías bases. Los culpables son los que incorporan a delanteros que acumulan seis goles entre los cuatro. Hincapié de nuevo en que eximo de culpa a los que se calzan las botas. ¿Hace Alfonso lo máximo para estar en la LFP? Que, por cierto, para estar así...

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