Competimos con las mismas armas? Me temo que no. Digo esto porque el Almería va a tener que afrontar el tramo final y decisivo del campeonato en clara desventaja con relación al resto de equipos que van a luchar por permanecer en la LFP, con jugadores que no han dado la talla o han dejado mucho que desear, en cuanto al nivel competitivo que exige el fútbol profesional, hasta el punto de que de un tiempo a esta parte ni tan siquiera Lucas Alcaraz los tenía en cuenta para entrar en las convocatorias. Ahora, debido a las desgracias en forma de lesión que se han apoderado del vestuario, va a tener que echar mano de ellos para que le saquen las castañas del fuego. Así de caprichoso es el fútbol, jugadores con los que apenas contabas y que ahora tienes que tirar de ellos para que arrimen el hombro en pos de conseguir el objetivo. Está claro que eso es ir en desventaja con el resto y si a eso unimos que a día de hoy los delanteros están negados de cara al gol -algún día el Presidente pedirá explicaciones a quien apostó por ellos-, es aún más difícil. Si miramos alrededor y observamos detenidamente, cualquiera de los equipos con los que el Almería se va a jugar la supervivencia tiene al menos un delantero que es capaz de ver portería, un delantero que en un momento dado te puede ganar un partido, pero el equipo de Alcaraz no lo tiene o al menos hasta ahora no lo ha tenido. Ojalá este tramo de Liga que ahora llega, donde va a haber minutos para todos los jugadores, dadas las urgencias que necesita la plantilla por las numerosas bajas que tiene por lesión, sepan aprovechar el rato que van a vestir la camiseta rojiblanca y ayuden al equipo a conseguir su objetivo. De nada valen las buenas palabras o intenciones durante la semana si el día del partido el discurso en el campo es diferente. La afición solo les va a pedir dos cosas: que sean competitivos y compromiso. Solo eso, que no es poco.

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