La tribuna

coronel Javier Soriano

EL ALMERIENSE QUE CONQUISTÓ TOMBUCTÚ

HOY en día es actualidad la guerra en Malí, con la intervención francesa y apoyo de otros Ejércitos, entre ellos el Español, para restablecer el equilibrio en una zona de África, como la del SAHEL, de indudable interés para nuestra Nación como así queda reflejado en la Directiva de Defensa Nacional 2012; pero es preciso recordar que las tierras de la actual Malí guardan una parte de nuestra historia.

Cualquier español que vaya a Mali debe conocer que aquel territorio está sembrado de topónimos españoles desde el siglo XVI y que allí se conservan documentos de nuestra historia y que sus celosos guardianes, los menos, se han preocupado de mantener la lengua de sus antepasados españoles, y además en su lenguaje diario yacen cientos de palabras castellanas y aragonesas. En 1590 se produce un importante acontecimiento que condicionaría todo el futuro de la Curva del Níger. El cristiano renegado Yuder Pachá, Diego de Guevara, conquistó todo el territorio al frente de un ejército compuesto en su mayoría por moriscos españoles al servicio del rey de Marruecos Al Mansur. La lengua oficial de la expedición era el castellano y algunas de sus expresiones pasaron a formar parte del lenguaje coloquial de Tombuctú. Los integrantes de esa expedición fueron bautizados como "arma". Sus descendientes siguen siendo denominados por ese apelativo.

El origen de la denominación es claramente militar y deriva de la voz "al arma" de donde deriva alarma, que es precisamente el grito o voz militar que se lanzaba cuando eran sorprendidos por el enemigo e indicaba que los arcabuceros debían inmediatamente tomar las armas. Yuder o Yauder Pachá fue un soldado y explorador nacido como Diego de Guevara en Cuevas de Almanzora, Almería, a mediados del siglo XVI y muerto en Marraquech en 1605. "Pachá" es la referencia al cargo de pachá o bajá que ejerció en Tombuctú. Yuder era de una familia morisca que huyó hacia tierras castellanas y levantinas tras el levantamiento morisco de las Alpujarras (1568-1571), asentándose luego en Cuevas de Almanzora. Una incursión turca en el valle del río Almanzora capturó a unos trescientos muchachos, entre los que se encontraba Yuder, siendo llevados ante el sultán Abd al-Malik en Marraquech, próspera capital que acogió a pueblos enteros de moriscos exiliados como los de Órgiva o Tabernas.

Despreciado como todos los llegados al Magreb desde Europa, poco a poco fue avanzando en el escalafón social llegando a sobresalir en la batalla de los Tres Reyes, Alcazarquivir, en 1578, donde murieron los sultanes Al Malek, Al Muttawakil, así como el rey portugués Don Sebastián. Luego sería nombrado caíd de Marraquech. Esta victoria reafirmó la hegemonía saadita y permitió al nuevo sultán, Ahmed al-Mansur, acometer un viejo sueño: crear un gran imperio en el África occidental, conquistando el imperio Songhay, la mayor agrupación política conocida en el occidente africano.

Al Mansur puso al frente de esta empresa a Yuder Pachá; la historia narra que en octubre de 1590, un ejército hablando el castellano, compuesto de 4.000 granadinos, 500 europeos, 60 cristianos, 1.500 caballeros árabes y 1.000 auxiliares con 8.000 camellos llevando las provisiones y el material de guerra salieron de Marraquech y atravesaron el desierto… incluidos 4 cañones andalusíes.

La conquista hacia el sur se frenó por los pantanos de lo que hoy es Burkina Faso y, tras sufrir muchas bajas, decidieron regresar a Tombuctú, donde se instalaron.

Con la llegada a Tombuctú de los "Arma" se estableció allí una insólita comunidad andalusí, de costumbres y lengua castellana, que mantuvo su poder hasta 1737 y preeminencia socio-cultural hasta la primera mitad del XIX, cuando fueron conquistados por la etnia peule. No obstante, los "arma" continuaron desempeñando un relevante papel en la política regional y participaron activamente en los procesos de independencia de Mali.

Hoy los últimos visigodos recuerdan al conquistador que fundó su dinastía, el almeriense Yuder Pachá, y aún hoy se aferran a su origen andaluz, utilizan palabras raras castellanas con el mismo significado con el que las conocemos nosotros como alcaide, alfalfa, alfombra, alpargata, albornoz (albornos), ámbar, bakora (es el fruto de la higuera, que madura por San Juan), bonet, dacsa (maíz en valenciano), garrafa, intelligentsia, net, sabata, sabó, saya, má (aún hoy es una costumbre valenciana decir a los niños pequeños sedientos: "Vols má?", ¿Quieres agua?, en la orilla del lago Faguibin se encuentra el poblado Arma de Ras el-Má, literalmente A ras del agua, habitado por las familias Abad y Tormoz, y entre las mujeres arma, abunda el apelativo cariñoso español Nena, Nana, y en algunos otros casos el de Enana).

Pero no es el objeto de este artículo dar lecciones de historia puesto que no soy experto en ello y sólo me he limitado a extraer unos párrafos del trabajo de título muy sugerente: Los últimos visigodos. Los negros que fueron blancos, cuyo autor es un compañero de Armas, el Coronel de Infantería en la Reserva, D. Jose Antonio Crespo-Francés, especialista de nuestra historia en el Sahel.

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