La tapia del manicomio

El Abad

Santiago Cantera se ha negado a permitir la exhumación de ocho cadáveres de muertos en la Guerra Civil

No, amable lector, este artículo no va sobre el palíndromo "dábale arroz a la zorra el abad". Es más, según el abad del Valle de los Caídos, "se cuidó especialmente la alimentación de los presos" que construyeron la necrópolis. Lo escribió en 2014 el anterior abad, Anselmo Álvarez, en un informe dirigido a Patrimonio Nacional, en el que también aseguraba con todo el morro que "ninguno de los penados trabajó en el Valle de manera forzada, todos lo hicieron voluntariamente". Y no sólo eso, sino que según sigue escribiendo este fenómeno, los trabajadores "cobraban un salario superior al de los obreros de igual categoría laboral de los pueblos cercanos" y que "existían posibilidades de gratificación extraordinaria".

Pues bien, el sucesor de Dom Anselmo, Dom Santiago Cantera, en la misma línea de cinismo, se ha negado a permitir la exhumación de ocho cadáveres de muertos en la Guerra Civil, sencillamente porque no le da la gana, ya que decir que puede dañarse el monumento es falso porque hasta el Patrimonio Nacional la ha autorizado. Y un juez lo ha ordenado, con lo que su negativa supone desobediencia a la Justicia. Claro, es que su reino no es de este mundo, como se ha encargado de recalcar otra vez, cuando el Senado lo ha llamado para que dé explicaciones. Que dice el señor prior que sus obligaciones con los feligreses lo retienen. Es como si El Bigotes se negara a ir a declarar porque tiene que llevarles el botellín y el bocata a sus albañiles a la obra. Eso sí, el tonsurado ofrece a cambio la posibilidad de que el Senado se desplace al monasterio, ya que los senadores no tienen tanto trabajo como él. Así que, si quieren verlo, que vayan a la basílica y les ofrecerá «cuantas explicaciones precisen» sobre el asunto. Y de paso, les ofrecerá una visita turística al mausoleo del dictador. Ha llegado a apelar a «la separación Iglesia-Estado» para fundamentar su rechazo a asistir.

¿Quién ha puesto a este señor -a estos señores- en semejante cargo y posición de poder absoluto? ¿Por qué no los cesan? Que nosotros sepamos, aquellas instalaciones son propiedad de España, y lo que es de España es de los españoles, que se ha dicho siempre (con notable optimismo). Ni nosotros ni nadie que conozcamos, hemos participado en la mesa de contratación de priores. Nos ronda la sospecha de que para estas cosas le dan carta blanca al Vaticano.

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