Almería se juega mucho en el escenario de la configuración de un nuevo modelo de financiación autonómico. Los socialistas siempre hemos considerado que Andalucía es una comunidad infrafinanciada, una circunstancia que, aunque haya costado, también ha acabado por reconocer el Gobierno del PP. El presidente Rajoy se comprometió, en enero, en la Conferencia de Presidentes, a tener una propuesta sobre la mesa antes de que acabara el año. Están ya en la cuenta atrás. Les quedan menos de tres semanas para convocar un Consejo de Política Fiscal y Financiera y presentar ante las comunidades su propuesta de reforma de la financiación autonómica. La dilación de este debate se está convirtiendo en un foco de confrontación entre comunidades, en la línea del "divide y vencerás"; una estrategia que parece gustar al PP.
Andalucía ha dejado de recibir por la mala aplicación del modelo de financiación autonómica más de 5.000 millones de euros, más de 500 millones en nuestra provincia. Si a esta cifra le sumamos lo que el Gobierno del PP nos debe por las obras del AVE, que debían haberse iniciado hace 1.946 días, o de infraestructuras hidráulicas como la desaladora del Bajo Almanzora la cifra supera los 1.000 millones de euros. Las necesidades de los ciudadanos deben estar en el centro del debate. Cuestionar la necesidad de incorporar recursos adicionales es cuestionar el Estado del Bienestar, la educación, la sanidad o la dependencia. Lo que el Gobierno andaluz pide es que el nuevo modelo financie en igualdad de condiciones todas las competencias transferidas y no sólo los servicios públicos básicos. Los socialistas reivindicamos que el debate de la financiación autonómica es prioritario. Se trata de repartir los recursos con equidad para que cada territorio pueda ejercer sus competencias: los ciudadanos y ciudadanas tienen que disponer de los mismos servicios públicos vivan donde vivan, y los recursos para conseguirlo los tiene que garantizar el Estado. Nuestra prioridad es Andalucía, los andaluces y andaluzas y el sostenimiento de sus servicios públicos esenciales de educación, sanidad, ayuda a la dependencia, servicios sociales e impulso del empleo. En este sentido, confiamos en que el Gobierno de Rajoy atienda nuestra demanda cuanto antes puesto que Andalucía y Almería se están jugando su presente y su futuro.
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